Se trata de una iniciativa que la consultora promovió a finales de mayo junto a reciclamascarillas.com con el objetivo de convertir cubrebocas de un solo uso en eco-combustible. Las 63.500 mascarillas recogidas, que equivalen a 127 kilos, se obtuvieron durante los últimos días de mayo y se convertirán en 135 litros de eco-combustible.
Las mascarillas recogidas pasarán por un tratamiento avanzado a alta temperatura, gracias al cual se obtendrán una amplia gama de eco-combustibles y aceites de pirólisis con bajos niveles de azufre y una calidad cercana a la del gasóleo y la gasolina, lo que permite utilizarlos como combustibles marinos y productos de mezcla de última etapa para las refinerías.
La acción, que se desarrolló en 24 edificios en Madrid y Barcelona entre el 17 al 31 de mayo, involucró a cerca de 35.000 usuarios de estos edificios y puso de relieve la importancia de sensibilizar a la sociedad sobre el reciclaje de este tipo de desechos y desperdicios. Cada mascarilla contiene dos gramos de plástico y alrededor del 75% de las mascarillas usadas, según datos de la consultora, acabarán en vertederos o flotando en los mares. Esto afecta negativamente a la pesca y a la industria turística y le cuesta a la economía mundial unos 13.000 millones de dólares (casi 11.000 millones de euros).
“En un año en el que la pandemia ha sido la gran protagonista, no podíamos olvidarnos de otros efectos secundarios que nos está trayendo, como lo es el desperdicio de mascarillas. Estamos muy orgullosos de poner en marcha una campaña que, desde principio a fin, es respetuosa y beneficiosa para el medioambiente, eliminando estos residuos y obteniendo un producto de gran valor añadido. Además de estar muy satisfechos de la respuesta de nuestros clientes, ya que en el 90% de nuestros edificios, el servicio se va a mantener”, explica David Pérez, customer experience coordinator de Cushman & Wakefield España.