La experiencia del cliente se ha convertido en el principal reto de cualquier marca. En este sentido, el papel de las flagship stores se ha consolidado en las principales ciudades de todo el mundo. Este tipo de locales tan representativos tienen una superficie más grande de lo habitual, ofrecen servicios de calidad al cliente sin tener en cuenta la compra del producto y, normalmente, se ubican en zonas estratégicas o en edificios emblemáticos, porque el objetivo es enaltecer y reforzar la imagen de la marca.
"Las rentas de estos activos suelen ser muy altas, pero las marcas consolidadas saben que es una buena apuesta para ganar visibilidad y añadir un valor agregado a la marca con el objetivo de fidelizar al cliente", apunta Ángela Sánchez, directora de retail de Laborde Marcet.
Las zonas más demandadas para instalar este tipo de tiendas suelen ser ejes prime, donde el precio medio de las rentas se sitúa en torno a los 3.000 euros/m2/año, de media, según los cálculos de Laborde Marcet.
En España, el sector que se ha adaptado más fácilmente a este tipo de negocio es el de la moda. Marcas como Zara, Desigual o Mango han decidido optar por esta nueva estrategia comercial. Además, estas tiendas insignia pueden contar con servicios de restauración, supermercados o incluso hoteles. Una propuesta "disrupitiva", según Sánchez, que está "en auge en el high street español".
De hecho, Inditex tiene previsto abrir este año una mega tienda en el emblemático Edificio España de Madrid, donde ubicará un Zara y un Zara Home de más de 7.700 metros cuadrados y un Stradivarius de 1.200 metros cuadrados.