Publicidad

La tecnología incrementa la resistencia del real estate

La irrupción del COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de contar con soluciones tecnológicas que aporten resiliencia y flexibilidad a las organizaciones vinculadas al sector inmobiliario ante situaciones y entornos cambiantes como el actual, asegura  CBRE en su informe “Real Estate Tech: flexibilidad y resiliencia frente al Covid-19”.

La tecnología incrementa la resistencia del real estate

El estudio identifica los retos que la pandemia ha supuesto para el inmobiliario y que pueden ser afrontados gracias a la irrupción de la tecnología. Así, una de las principales consecuencias de las medidas de confinamiento ha sido la imposibilidad de realizar visitas presenciales a los activos de interés, ya sea para ocupación o inversión, ralentizando la toma de decisiones y la comercialización.

Según datos de CBRE, el 36 % de los ocupantes reconocen haber aplazado o cancelado sus visitas a activos desde el inicio de la pandemia, una cifra que pone en valor las visitas virtuales y las experiencias a través de realidad virtual de cualquier activo físico. Las limitaciones de movimiento actuales y las restricciones futuras de desplazamiento que surgirán durante la desescalada se solventan a través de la tecnología, que ayuda a los posibles inversores a hacerse una idea de su futuro edificio con todo su potencial, a la vez que facilita la tarea de comercialización y la agiliza.

Para el 66 % de los potenciales clientes impacta de forma muy positiva en la selección de un edificio que su propietario proporcione experiencia de usuario; es decir, que, a través del propio dispositivo móvil, se tenga acceso al mapa del edificio, para reservar salas de reuniones o encontrar un puesto de trabajo libre. Esto, además, ofrece la posibilidad de que los gestores de edificios conozcan al detalle la ocupación de sus espacios, el flujo de movimiento o los horarios de mayor afluencia en las zonas comunes, para dirigir acciones concretas de limpieza y desinfección.

El uso de big data permite, en este contexto, obtener un amplio abanico de información de interés para el sector. Entender cómo se comporta un usuario es esencial en una situación excepcional como la actual. La tecnología habilita sistemas que permiten tener una amplia trazabilidad de los desplazamientos que se producen dentro y fuera de los activos inmobiliarios, de tal manera que en función de la información que tenemos de los mismos y el propósito final, se pueden elaborar análisis detallados y planes de acción muy afinados.

Desde el punto de vista de una compañía, deberá conocer qué desplazamientos tiene que realizar cada empleado, cuánto tiempo invierte en los mismos o qué medios de transporte utiliza para la vuelta al trabajo presencial, por ejemplo. De esta manera se podrán definir escenarios personalizados adaptando políticas de horarios y, consecuentemente, los riesgos de contagio en el edificio.

Para un propietario de retail, con información masiva y limitada sobre los clientes, el interés deriva en conocer cómo es esa persona que decide comprar de forma presencial, o qué recorrido realiza. Esta información no solo permite poder adaptar las estrategias de marketing a los retailers, sino también evitar aglomeraciones redistribuyendo las rutas de los usuarios de los espacios o realizar las tareas de limpieza y mantenimiento en las franjas con menor afluencia en cada espacio.

Además de permitir conocer en mayor detalle a los usuarios de los activos, las herramientas de big data también están jugando un papel fundamental en las predicciones de escenarios de impacto de la pandemia a través de modelos a diferentes niveles. De este modo, los datos ayudan a determinar cómo será la recuperación por sectores: si tendrá forma de V, U o L, o cuánto tiempo se estima que durará, por ejemplo.

Tanto durante la crisis del COVID-19 como en el periodo posterior de recuperación de la “nueva normalidad”, clientes y empleados requieren de un contacto constante, que les permita estar siempre informados y que fomente el sentimiento de pertenencia y de comunidad. Paradójicamente, el escenario actual obliga justo a lo contrario; aquí es donde entra en juego la tecnología como un elemento clave para mantener una relación cercana y fluida con clientes y empleados en este contexto de incertidumbre.