El sector de la alimentación registrará un crecimiento superior al 3% en 2025 y 2026, según el último informe de Crédito y Caución. La evolución de la inflación, el incremento de los salarios reales y la relajación monetaria serán los principales motores de este desempeño. Sin embargo, los márgenes estrechos, las condiciones climáticas impredecibles y posibles tensiones comerciales amenazan su estabilidad.
Los precios de los productos básicos han descendido en el último año debido al aumento de la producción y a condiciones meteorológicas favorables, aunque siguen por encima de los niveles previos a 2022. La aseguradora prevé que esta tendencia continúe, salvo que haya disrupciones en la cadena de suministro por conflictos internacionales o fenómenos climáticos adversos.
A pesar de estos riesgos, el sector cuenta con una demanda estructuralmente estable y el impulso de los mercados emergentes, donde el aumento de la renta disponible favorece el consumo de productos de mayor valor añadido. Además, el auge de la alimentación saludable y la innovación tecnológica en el sector contribuyen a su crecimiento.
En Europa, tras un leve repunte del 0,4% en 2024, se espera un crecimiento del 0,1% en 2025 y del 0,7% en 2026. Aunque la relajación de la inflación y la bajada de tipos de interés deberían favorecer la expansión, los costes de energía, transporte y financiación siguen presionando a la industria. En este entorno, los consumidores priorizan cada vez más productos ecológicos y de calidad, aunque la competencia feroz y el poder de negociación de grandes minoristas limitan los márgenes de los productores y distribuidores.