La cadena de suministro está teniendo cada vez más en cuenta cuestiones como la resiliencia y la sostenibilidad al adaptarse a las exigencias del e-commerce. Ramón García, director general del Centro Español de Logística, analiza qué medidas se están tomando para promover una logística más eficiente, especialmente en la distribución de última milla.
Desde su punto de vista profesional, ¿cómo debe responder la Supply Chain a las nuevas tendencias del retail, como son la eficiencia y la aportación de valor?
Ramón García: La Supply Chain siempre se diseña alrededor de las necesidades que tenemos en cada momento. El mundo del retail ha experimentado importantes cambios debido a los nuevos hábitos de consumo, especialmente con la transición de los comercios tradicionales a las compras online. Esto implica que toda la cadena de suministro debe ajustarse, ya que la forma de llegar eficientemente al consumidor en el retail tradicional difiere del comercio electrónico.
En los últimos tres años, ha habido una rápida adaptación de los procesos para responder al crecimiento significativo del e-commerce. En dos años, hemos pasado del 5% al 15% de las ventas minoristas a través del comercio electrónico, lo que ha triplicado la actividad. Las cadenas de suministro se han tenido que adaptar para brindar un servicio adecuado y ajustarse a los costes, ya que las estrategias diseñadas para el comercio tradicional no valen para el e-commerce.
Por lo tanto, todos los retailers, ya sean players o aquellos con estrategias multicanal y omnicanal, han tenido que adaptar, equilibrar recursos y replantear nuevas formas de llegar eficientemente al consumidor en esta nueva manera de compra. Este cambio es fundamental en la industria.
Además de tener en cuenta variables como servicio y coste, ahora también se deben valorar la resiliencia y la sostenibilidad. La Supply Chain siempre está para adaptarse a lo que pide el consumidor y lo tiene que hacer de manera que maximicemos servicios y minimicemos costes.
El e-commerce ha cambiado la industria de la logística y ahora el cliente demanda una entrega rápida, sostenible y a coste cero, siendo crucial la entrega de última milla. ¿Qué estrategias se pueden implementar para garantizar la rentabilidad y evitar que la logística se convierta en un obstáculo para la viabilidad del retailer?
R.G: En el contexto actual, los planes de la supply chain han cambiado. Cada retailer tiene su logística y su distribución a tienda, planteada ad hoc para sus necesidades. Pero ahora, gran parte de esa comercialización ya no va a través de las tiendas, sino que va directamente al consumidor. Y gran parte de la logística se juega en la ciudad.
La distribución en las ciudades es un recurso limitado y congestionado debido a la individualidad en la planificación logística. La llegada de una media diaria de 30 repartidores a un mismo edificio, a una misma dirección, es insostenible al medio-largo plazo. Por ello, desde el CEL proponemos modelos colaborativos para utilizar de manera más eficiente los recursos y reducir el tráfico asociado. Abogamos por un cambio en el modelo de ciudad que se adapte a los hábitos de consumo y desarrolle las infraestructuras que respondan a esas nuevas necesidades. Así, promovemos la participación y el consenso en los modelos de gobernanza, así como el desarrollo de infraestructuras y estándares de comunicación interoperables.
Otro de los retos que se presenta es la logística inversa, ¿cómo puede hacerse viable un modelo en el que hay muchas devoluciones que pretenden ser gratuitas?
R.G: El propio modelo, específicamente en el retail, conlleva devoluciones, sobre todo en el segmento textil. De hecho, este es el mayor generador de logística inversa, ya que entre un 40% y un 60% de los productos que se compran online se devuelve. Para evitar esta cifra y hacerlo más rentable y sostenible hay dos vías. Por un lado, concienciar a los consumidores sobre el impacto de sus decisiones. Por otro, muchas de las devoluciones suceden por falta de información. Se pueden mejorar las descripciones de los productos de tal forma que los clientes sepan exactamente qué es lo que van a recibir.
Y si nos vamos al futuro, hay aplicaciones, como las vinculadas con el metaverso, que podrán ser una vía para evitar este tipo de devoluciones. Los clientes podrán probarse las prendas en la realidad virtual, lo que puede disminuir el volumen de las mismas.
Estas son algunas soluciones, pero el e-commerce per se va a conllevar siempre devoluciones. Por ello, hay que pensar también en facilitarlas, como en un nuevo escenario de infraestructuras compartidas en el que se incentive que las devoluciones se hagan en puntos concretos, ya que se comparten recursos, costes, se minimizan los recorridos y se disminuye el impacto medioambiental.
¿Qué medidas y enfoques se están desarrollando para promover una logística más eficiente y sostenible?
R.G: Hay dos vías fundamentales en materia de sostenibilidad. Una es la que conlleva inversión, en temas como los vehículos de energías alternativas, edificios más eficientes, reducciones de consumo energético… Todo ello se relaciona estrictamente con la inversión. Aquí el quid de la cuestión es no hacer lo que no es necesario, es decir, lo más sostenible es lo que no se hace de manera innecesaria. En este ámbito, la logística juega un gran papel. ¿Cómo? Planificando y gestionando mejor los recursos.
Para promover una logística más eficiente y sostenible es crucial compartir información entre los agentes de la supply chain, lo que permitirá mover y fabricar productos de manera oportuna. Además, se deben compartir recursos en el transporte y en las plataformas logísticas, optimizando así la logística de última milla.
La concienciación de todos los agentes, incluyendo al consumidor, es otra vía importante, ya que así se toman decisiones conscientes sobre el impacto que generan. En definitiva, se requiere inversión y una buena planificación logística basada en una buena gestión de la información y de los recursos.
La logística, sobre todo la última milla, afronta importantes retos, donde la inversión en tecnología y sostenibilidad cobran vital importancia en un sector tan fragmentado, ¿qué previsiones manejan desde el CEL en cuanto al volumen de inversión a cierre de 2023?
R.G: La actividad logística es de las más digitalizadas. Al final la logística es la gestión de la información, cuanto más alineado está lo que sucede físicamente con lo que somos capaces de captar digitalmente, mejor puedo tomar las decisiones. En los últimos años, sobre todo desde la pandemia, se han acelerado las inversiones para digitalizar los procesos. Es más, en logística y transporte, la IT ha captado un 15,3% más de inversión que el año pasado.
En la actualidad, la inversión está enfocándose en temas como la analítica de datos. Ahora podemos explotarlos para que generen algoritmos que nos permiten tomar decisiones más inteligentes. Los sistemas de optimización de recursos, la visibilidad de la cadena de valor y las operaciones eficientes también son parte de esta tendencia.
También se observa una creciente inversión en energías alternativas y medidas para reducir el impacto medioambiental y se espera que el sector logístico sea uno de los más digitalizados. Además, a nivel europeo, somos el séptimo país con mayor grado de digitalización en el ámbito de la logística.