Según la Comisión Europea, los edificios de la UE son responsables del 40% del consumo de energía y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que su transición energética es clave para alcanzar los objetivos acordados para 2030 y 2050. Es obligatorio utilizar metodologías de evaluación y certificación del desempeño ambiental que contrarresten la mala práctica de calificar edificios como sostenibles, utilizando información confusa y no verificable (greenwashing). Sistemas como GRESB o BREEAM definen de forma sistemática y ordenada el conjunto de criterios a considerar, la información necesaria para verificar su cumplimiento y el benchmark para determinar el desempeño de cada categoría.
El Objetivo Net Zero de Castellana Properties se enmarca en una estrategia ESG en la que están implicados todos los departamentos y atiende a los intereses de todas las partes. Planeamos implantar un sistema de gestión energética transversal (conforme a la ISO 50.001), ampliar la capacidad de los BMS (Building Management System) y el alcance de la red de submetering a los usos significativos de energía de cada activo, detectar e implantar medidas de ahorro (MAEs) que aumenten la eficiencia de los sistemas y favorezcan su electrificación, promover el consumo de energía renovable producida onsite y compensar las emisiones que no se hayan podido evitar.
Consideramos de gran utilidad el uso de la herramienta CRREM, ya que establece una hoja de ruta cuantitativa para la reducción de consumos y emisiones para mantener el portfolio alineado con los objetivos del Acuerdo de París y utiliza una metodología de cálculo “location-based” que también tiene en cuenta las emisiones de Alcance 3 (por ejemplo, las de los inquilinos). Uno de los grandes retos de los centros comerciales será conseguir implicar a los inquilinos en este proceso de descarbonización, incorporando cláusulas verdes en los contratos de arrendamiento.