El PIB en 2020 tuvo una caída del 11%, el consumo cayó un 12%, en los centros y parques comerciales las ventas descendieron un 29% con respecto a 2019 y los visitantes un 34%. Además, en el caso del retail la complicada situación coyuntural se une a un cambio estructural que nos afectará profundamente. El comercio online se desarrolló de manera muy significativa y algunos dicen que en un año ha crecido más que en los últimos cinco, estando actualmente en cifras que rondan el 10%.
Las preguntas son inevitables: ¿y ahora qué? ¿Cómo de permanentes serán algunos de los grandes cambios que la pandemia ha acelerado? ¿Volveremos a recuperar el nivel de ventas anteriores a la pandemia? ¿Cuándo? ¿Estamos preparados para este nuevo mundo que se avecina? En definitiva, ¿tiene sentido invertir en inmuebles comerciales en este momento?
Los partidarios del sí dirán que el sector de centros y parques comerciales ha sido siempre capaz en nuestro país de afrontar de manera satisfactoria los retos, que hay un ahorro embalsado que está “deseando” ser gastado, que hay datos incontestables que demuestran que paso a paso vamos ganando la batalla sanitaria, que la vacuna sigue avanzando y que pronto alcanzaremos la inmunidad de rebaño. En definitiva, ahora es el momento de aprovechar interesantes oportunidades para capturar inmuebles a rentabilidades (presentes y futuras) atractivas.
Los partidarios del no, dirán que España, y en general el continente europeo, se mueve con cierto decalaje con respecto al Reino Unido y que allí no parece haberse tocado fondo en este sector. Además, también dirán que hay cambios de gran calado, por ejemplo, el comercio electrónico, cuyos efectos solo hemos empezado a notar y que nos queda un largo camino por recorrer que seguirá impactando, y mucho, al comercio. Y, a la luz de los datos, para bien o para mal, el consenso en la comunidad inversora internacional parece decantarse por el no.
Y nosotros, ¿qué decimos? Efectivamente habrá muy buenas oportunidades de inversión pero hay que estar muy cerca para saber identificarlas. Tiene sentido invertir en aquellos inmuebles comerciales que por la combinación de precio, localización, tamaño y opcionalidades tienen recorrido en valor, que los inversores pueden capturar si son acompañados por especialistas locales, que conocen bien el producto retail, la realidad comercial, las cuentas de resultados de los operadores y que aúnan el conocimiento del mercado retail con el conocimiento de otros usos, etc.
En definitiva, nuevos tiempos, nuevos retos, nuevas fórmulas. Las fórmulas de toda la vida no valen.