Los centros comerciales tienen que transicionar hacia las cero emisiones y ser resilientes frente al cambio climático. Esto, a su vez, minimizará el impacto ambiental y protegerá el valor del activo. Aunque el real estate no constituye el mayor impacto en la cadena de valor de los retailers, desde las fábricas hasta los centros logísticos y las tiendas, el impacto generado debe ser cuantificado, reportado y reducido con el tiempo. Desde Cushman & Wakefield creemos que desde la estrategia de expansión se tienen que calcular los impactos, analizar las emisiones relacionadas con la operativa y acordar objetivos comunes de descarbonización con propietarios e inversores. Esto implica ir más allá y combinar estas estrategias con su impacto social, otorgando a los centros comerciales un carácter único que fomente la lealtad de los clientes y haga el centro más resiliente, rentable y sostenible.