El ocio se ha convertido en un elemento estratégico y diferenciador para aumentar el área de influencia de un centro comercial, el rango de las edades de los visitantes y ampliar el tiempo de permanencia. Esto incrementa las ventas del resto de actividades. Para obtenerlo se está optando por mejorar la experiencia de conceptos ya existentes, como los cines, pero también por nuevos formatos.