Por ello, las asociaciones han pueseto de manifiesto que los centros y parques comerciales están perfectamente preparados para garantizar la seguridad de los empleados y clientes. Son espacios gestionados por empresas profesionales dedicadas a asegurar las condiciones de seguridad e higiene necesarias en cada momento, tanto en su puesta en marcha como en su coordinación y control, lo que permite considerar que se trata de espacios muy controlados.
Los centros y parques comerciales ya permanecen abiertos actualmente garantizando la seguridad y la higiene. Recuerdan que más de 500 complejos están ya abiertos al público al albergar un importante número de los establecimientos comerciales cuya actividad se considera esencial. Esto ha obligado a gestionar, ya desde el inicio de la crisis, medidas para garantizar la seguridad de todos los usuarios y el funcionamiento de las instalaciones como un espacio seguro para estar y comprar, sin riesgo de aglomeraciones ni en los locales ni en las zonas comunes de los centros. Ello ha permitido, además, desarrollar con éxito protocolos de seguridad e higiene complementarios a los que se puedan publicar desde los ministerios correspondientes.
Además, los centros y parques comerciales suponen un elemento tractor para la reconstrucción económica. En un contexto de necesaria recuperación de la actividad contributiva, el sector contribuye al sumar a más de 36.000 comerciantes, de los que un 85 % son pequeños comercios inferiores a 300 metros cuadrados (en su mayoría pequeños autónomos y pymes). Los datos de empleo a fin de 2019 superaron los 740.000 puestos de trabajo, entre empleos directos (cercanos a un 50 %) e indirectos.
Al mismo tiempo, reclaman que los centros y parques comerciales no pueden vehicular un agravio económico a sus comerciantes. En este sentido, consideran que no tiene sentido prohibir la apertura de los locales o establecimientos ubicados en centros y parques comerciales cuando el resto de locales y establecimientos comerciales fuera de los centros, sí van a poder abrir en la Fase I. De mantenerse esa discriminación, no solo conllevaría un grave perjuicio económico y reputacional, sino que el proceso de recuperación y vuelta a la normalidad no se haría en igualdad de condiciones ni de oportunidades para los comerciantes de los centros y parques comerciales. Prevén que, si la reapertura se retrasa más allá de la Fase I, se ahondaría en mayores pérdidas de ventas que dificultarán más la recuperación.
Por todo ello, las asociaciones reiteran que los centros y parques comerciales se encuentran en óptimas condiciones de seguridad e higiene para su reapertura en la Fase I, por lo que solicitan al Gobierno el diálogo necesario que evite la situación de discriminación actual y que causa un serio perjuicio al sector.