De esta forma, los clientes podrán salir de la tienda sin detenerse a pagar, pues las transacciones se realizan a través de una aplicación móvil. Esta herramienta, en la que el consumidor deberá introducir los datos de su tarjeta y escanear un código QR, permitirá controlar al comprador a lo largo de su visita mediante el sistema “Just Walk Out”.
Las cámaras y los sensores repartidos por la tienda identifican los productos que adquiere el cliente y lo añaden automáticamente a la cesta virtual de la app. La compra total se cobra al salir con los productos finales.
La nueva tienda cuenta con 232 metros cuadrados y se prevé que sea la primera de las varias que se instalarán en la capital del Reino Unido.