El coste de la inversión ascenderá a más de 11 millones de euros. La idea es abrir completamente el centro comercial, construido en 1996 según los cánones del modernismo (estilo que inspiró el auge urbanístico durante las Olimpiadas de 1992 y que se basa en la construcción de edificios cerrados).
La propuesta de diseño de la compañía de arquitectura se basa en dos pilares: hacer que la luz natural inunde el mall y adaptarlo a nuevas actividades que se vean desde el exterior.
Para sacar adelante el proyecto, se abrirá la cubierta y se creará un gran lucernario acristalado que bañará de luz natural el edificio.
En la segunda y tercera plantas se abrirán varios establecimientos de ocio, especialmente dirigidos al público joven. Además de restaurantes, habrá un espacio de street food, donde se ofertarán especialidades culinarias de todo el mundo. Asimismo, se construirá un gimnasio McFit y unas salas de Cinesa de Luxe, las primeras en Cataluña.
La restauración también formará parte de la imagen pública del centro comercial mediante el uso de nuevas terrazas que romperán con la opacidad de su fachada oeste.
Con esta decisión arquitectónica, el prisma del edificio exhibirá por la calle Isabel la Católica todo el latido urbano generado en su interior.
Por otra parte, Broadway Malyan contempla potenciar el atractivo de las entradas norte y sur mediante la creación de marcos e instalación de pavimentos.