"Los centros comerciales van a encontrarse por un tiempo con una afluencia moderada de clientes y, por ello, con sus enormes aparcamientos infrautilizados. Así mismo, las salas de cine también tendrán temporalmente sus pantallas apagadas. Como cines y centros comerciales suelen ir de la mano, es el momento adecuado para sumar sus sinergias", señala Iván Iturbe, arquitecto del estudio.
Así, a solución puede ser recuperar los años 50. "Volver a ver películas desde nuestros autos, en verano y al aire libre bajo las estrellas, podría ser hoy una experiencia con más sentido que nunca, que ayudaría a aliviar una situación complicada para dos sectores seriamente afectados", añade.
"La ubicación privilegiada de los centros comerciales, cercanos a la mayoría de nosotros y con cómodos accesos, facilitará el disfrute de un buen estreno, manteniendo distancias de seguridad sanitaria entre los vehículos y aprovechando que estamos llegando a la mejor estación del año para disfrutar al aire libre", añade.
Además, considera que será posible también disfrutar de una experiencia gastronómica exclusiva, ya que podrá establecerse un servicio de pedidos desde los vehículos, suministrados por la oferta de restaurantes existentes en los centros comerciales e incluso durante otros eventos colaborativos mediante puestos de food trucks.
"Se abre un mundo de extensas posibilidades para analizar emplazamientos, estudiar visibilidades, valorar mercados y desarrollar estrategias de cooperación entre todos los actores implicados. Ello supondría una mejora productiva para algunas actividades que están pasando una situación compleja en estos momentos. No debemos olvidar el gran calado social que tiene el cine. Amantes y no amantes del séptimo arte podrán así mantener su afición en estos tiempos tan necesitados de actividades de ocio. En suma, retail y cines tienen frente a sí una oportunidad de oro de avanzar juntos", concluye Iturbe.