Los residuos entran en un proceso de retirada, recogida y reciclaje para su reutilización. Con esta iniciativa, la compañía da un paso más en sus planes estratégicos de trabajo orientados a la reducción del desperdicio y el impacto medioambiental que genera.
Los supermercados de la cadena preparan los residuos de carne, charcutería y pesca para su valorización. Desde cada una de las tiendas, el excedente es recogido para transportar en los mismos camiones de reparto hasta la nueva plataforma central de productos frescos de Caprabo, en el ZAL Port de El Prat de Llobregat (Barcelona). En la plataforma, el producto se guarda en unos depósitos específicos y se prepara para su reutilización. Un gestor autorizado se encarga de dar una segunda vida al residuo orgánico con el fin de poder elaborar harinas, aceite de pescado para alimentación animal y piensos para animales de granja, además de jabones y biodiesel.
“El reciclaje de residuo orgánico se suma a un conjunto de iniciativas de Caprabo para reducir el desperdicio. Contamos con numerosos protocolos orientados a minimizar el impacto de nuestra actividad en el medio ambiente. Es conocido nuestro Programa de Microdonaciones con los bancos de alimentos, que lleva implantado en nuestros supermercados, con resultados muy positivos, más de una década", explica Ana González Reyes, responsable de responsabilidad social corporativa y medio ambiente de la firma.
"Además, trabajamos para sensibilizar y facilitar el reciclaje a nuestros clientes, así que nuestras tiendas son puntos de recogida de pilas, bombillas y cápsulas de café usadas. Adicionalmente, colaboramos con distintas iniciativas que organizan administraciones públicas y entidades sin ánimo de lucro para reducir el desperdicio. Es, claramente, una línea estratégica de trabajo para Caprabo”, añade la directiva.