Un total de 24 edificios de oficinas de Madrid y Barcelona, con cerca de 34.000 usuarios, se han sumado a esta iniciativa. En cada activo se han depositado contenedores especiales para el reciclaje de mascarillas.
Para participar, se deberá depositar las mascarillas utilizadas en estos contenedores habilitados. Con iniciativas como estas de Cushman & Wakefield, propiedades inmobiliarias (gestoras de fondos de inversión inmobiliaria) como UBS, AEW, Zurich o Patrizia, entre otras, colaboran para introducir el impacto positivo en el sector inmobiliario.
La campaña se prolongará hasta el 31 de mayo y pondrá de relieve la importancia de sensibilizar a la sociedad sobre el reciclaje de este tipo de desechos y el desperdicio que supone no reciclar las mascarillas. Cada una contiene 2 gramos de plástico y alrededor del 75% de las mascarillas usadas, así como otros residuos relacionados con la pandemia, acabarán en vertederos o flotando en los mares. Esto afecta negativamente a la pesca y a la industria turística y le cuesta a la economía mundial unos 13.000 millones de dólares (casi 11.000 millones de euros). Por ello, es importante que millones de mascarillas sigan siendo incineradas o enviadas a vertederos especiales a diario.
Tras la recogida de mascarillas, estas pasarán por un tratamiento avanzado a alta temperatura, gracias al cual se obtendrán productos de alto valor como combustibles no procedentes del petróleo, siendo eco-combustibles. Con esto, además, se conseguirá minimizar el riesgo de contagio y eliminar el impacto medioambiental de las mascarillas.
“En un año en el que la pandemia ha sido la gran protagonista, no podíamos olvidarnos de otros efectos secundarios que nos está trayendo, como lo es el desperdicio de mascarillas. Estamos muy orgullosos de poner en marcha una campaña que, desde principio a fin, es respetuoso y beneficiosa para el medioambiente”, destaca David Pérez, customer experience coordinator de Cushman & Wakefield España.