De acuerdo con el documento, el 63% de los encuestados no espera una recuperación total hasta el segundo trimestre de 2022. Se trata de una cifra más pesimista que la del conjunto de las empresas del país, de las que el 81% espera haber alcanzado en esa fecha niveles previos a la irrupción de la crisis.
Solo entre el 13% y el 15% de los trabajadores de restauración estima recuperar sus negocios antes del segundo semestre de 2021 (frente al 47% del conjunto de sectores). Asimismo, entre el 41% y el 45% espera hacerlo antes del próximo año (siendo la media el 71%).
“El sector hostelero, uno de los principales dinamizadores de la economía de nuestro país, es también de los más afectados en esta situación. La incertidumbre sobre el desarrollo de la pandemia, las restricciones y los cierres perimetrales están provocando un escenario letal para un sector que no encuentra alivio desde el breve respiro del verano”, asegura Valentín Bote, director de Randstad Research.
Según el estudio de la empresa de recursos humanos, la situación es especialmente sangrante para las empresas dedicadas a los servicios de alojamiento. En este sentido, el 92% asegura haber tenido que paralizar o reducir significativamente su actividad, frente al 30% del total de las compañías. En concreto, el 48% de ellas se encuentra con su actividad reducida de manera severa, mientras que el 44%, directamente, ha echado el cierre de manera temporal. Además, el 91% de las entidades de alojamiento ha tenido que acudir al ERTE, frente al 30% de la media.
La situación no es mucho mejor para las empresas de servicios de comidas y bebidas. El 79% continúa con su actividad muy afectada o detenida. En cuanto a los ERTE, el 71% de estas compañías registra todavía trabajadores afectados.
El análisis también ha tenido en cuenta cuáles son las principales preocupaciones y qué medidas consideran los empresarios que podrían ayudar al sector para el que trabajan. La mayoría de ellos (el 72% en el caso de los servicios de alojamiento, el 61% el sector de comidas y bebidas) confiesa que su principal preocupación es la incertidumbre sobre el futuro de la hostelería.
Respecto a las medidas de apoyo, los negocios del sector de la restauración se decantan mayoritariamente por las ayudas directas por parte del Estado, las exenciones fiscales y una prolongación mayor de los ERTE.