De hecho, tan solo el 21,8 % de los consumidores afirma que la crisis del COVID-19 no está teniendo ningún efecto en su estatus económico. Un 36,6 % ya percibe un impacto negativo, aunque considera que será pasajero y el 41,6 % cree que el empeoramiento de su situación económica sea duradero.
La previsión de dificultades hace que la mayoría de hogares anticipen un período de postcrisis de contención presupuestaria. Así, el 63,8 % de los consumidores asegura que controlará más sus gastos una vez acabe el confinamiento, mientras que son minoría los que priorizan retomar su ritmo de vida anterior: tan solo un 26 % piensa en recuperar las compras e inversiones que la crisis ha retrasado, por un 32,4 % que prevé invertir en viajes para el próximo verano.
Un tercio de los usuarios avanza que, una vez acabado el confinamiento, reducirá su inversión en alimentación y bebidas, ya que el factor precio y las promociones ganarán peso en la decisión de compra. Esta contención en el gasto prevista por los consumidores una vez haya pasado el confinamiento está en línea con el hecho de que hasta el 43,7 % de los encuestados afirma que ya ha retrasado o paralizado alguna inversión a causa de la crisis.
Las restricciones en la movilidad han forzado un cambio tanto en el comportamiento del consumidor como en sus motivos de compra. Según los datos del barómetro, el 44,7 % de los encuestados ha rebajado su frecuencia de compra durante el estado de alarma. Este cambio de hábitos conlleva que el 78,5 % planifique más sus compras, mientras que un 39,7 % acumula productos en casa para tener reservas. En este sentido, un 7,5 % reconoce que ha aumentado su desperdicio de alimentos.
La cesta de la compra también ha cambiado. Además de priorizar los productos básicos, el confinamiento también ha hecho que el 23,3 % de los consumidores aumente su inversión en marcas de distribución y que el 27 % de los usuarios haya probado nuevas marcas o productos que seguirá incorporando a su cesta una vez pasado el confinamiento.
El hecho de no tener libertad de movimientos también ha provocado que el 78,1 % de los consumidores concentre sus compras en un solo establecimiento, priorizando en el 74,2 % de los casos las tiendas más cercanas al hogar. Además, el 70,6 % de los compradores trata de pasar el mínimo de tiempo posible en los comercios para reducir el riesgo de exposición al virus.
Otra de las prioridades para los usuarios es minimizar el tiempo que pasan en los establecimientos, para reducir el riesgo de contagio. Si antes de la crisis del COVID-19 solo el 2 % de los consumidores escogía su establecimiento bajo el criterio de invertir el menor tiempo posible, hoy el 71 % de los encuestados procura hacer su compra lo más deprisa posible.
La crisis sanitaria ha conllevado la supresión del consumo fuera del hogar, lo que impacta también en los pedidos a domicilio. Según los datos del informe de AECOC, el 65,5 % de los consumidores ha reducido sus pedidos a través de plataformas de delivery y el 6 % de los usuarios ha integrado el servicio como parte de su menú semanal.
El estudio indica que seis de cada 10 encuestados está esperando a que acabe el confinamiento para volver a los bares y restaurantes, pero el 30 % apunta que gastará menos en alimentación fuera del hogar tras el confinamiento, mientras que el 44 % de los encuestados asegura que reducirá su inversión en entregas de comida a domicilio.
Las pautas de consumo forzadas por el COVID-19 provocarán cambios en el comportamiento del consumidor una vez pasado el confinamiento. Ligado a la contención del gasto, el factor precio cobrará mayor importancia para el 61,3 % de los consumidores, por un 58,9 % que buscará productos de proximidad.
Por otra parte, el 55,4 % asegura que comprará más productos para cocinar en casa. En este sentido, la mitad de los encuestados aspira a tener una alimentación más saludable en el futuro, por solo un 10 % que aumentará su gasto en productos premium tras la crisis.
Además, el hecho de priorizar la proximidad a la hora de escoger los establecimientos está llevando a los consumidores a descubrir nuevas tiendas de proximidad. Así, el 56,5 % de los encuestados afirma que seguirá comprando en los locales más cercanos a su hogar y casi la mitad reconoce que podría ser infiel también a sus marcas de consumo habituales.
Del mismo modo, el 20,2 % de los compradores se ha iniciado en las compras online para productos de gran consumo y el 17,1 % de los encuestados asegura que comprará más a través de este canal una vez acabe el confinamiento.