“La guerra comercial entre EE.UU y China había comenzado a remodelar las cadenas mundiales de fabricación y suministro e impulsado el comercio en otras partes del mundo, como México y Vietnam. Sin embargo, la pandemia originada por el COVID-19 ha convertido la capacidad de las cadenas de suministro en un asunto global, cada vez más politizado, con países como Francia, Japón e India reclamando una mayor autosuficiencia económica”, asegura Paul Tostevin, director de Savills World Research.
En el informe, Savills ha identificado las ventajas de fabricación nearshoring de los países que son o están muy cerca de los principales mercados de consumo. En este sentido, el Savills Nearshoring Index (Índice de deslocalización de proximidad) clasifica a los países en función de los gastos de mano de obra en la industria manufacturera, los gastos de energía e infraestructura y su apertura comercial.
La consultora señala que Vietnam encabeza este índice, beneficiado por los bajos costes de la mano de obra y de la electricidad y por una base industrial que ya estaba creciendo rápidamente. Otras regiones de bajo coste que se están desarrollando como alternativas a China en Asia y el Pacífico son Indonesia (3º) y Tailandia (7º), donde el coste de la mano de obra es inferior que en China.
Respecto a la deslocalización en Europa, el estudio desprende que los países con mayor potencial de nearshoring se concentran en Europa oriental, gracias a que los costes de los insumos son menores y a los enlaces directos por carretera y ferrocarril con los principales mercados de consumidores de Europa occidental. De acuerdo a las indicaciones del índice, Ucrania es el país europeo mejor clasificado y el segundo en general, gracias a los bajos costes salariales según los estándares europeos.
En segundo lugar, se encuentra Serbia (4º en el ranking general), por los bajos costes y una ubicación estratégica que ofrece la facilidad para viajar por tierra entre Europa y Asia. Le sigue la República Checa (5º) por su infraestructura, costes favorables de los insumos y una economía manufacturera basada en la exportación.
"Estados Unidos y Canadá, al igual que los países de Europa del Norte y Occidente con costes más elevados, tienen una puntuación más baja en cuanto al potencial de nearshoring", dice Paul Tostevin. "Los elevados costes de la mano de obra constituyen un obstáculo para la localización de la producción en los principales mercados de consumo de Occidente, aunque hay margen para productos más críticos o menos sensibles a los precios. La automatización en la fabricación puede ayudar a compensar los costes y, a largo plazo, es probable que esto juegue un papel más importante, sobre todo cuando la tecnología se vuelve más barata".
Savills señala que, si las empresas trasladan la fabricación más cerca de su usuario final, es probable que aparezcan nuevos hubs logísticos. Por ejemplo, Marruecos (en el puesto 13) es fácilmente accesible a Europa occidental a través del mar y podría integrarse aún más en el corredor logístico existente que abarca los puertos del sur de España y la Península Ibérica hasta Francia. El crecimiento de las exportaciones desde aquí podría impulsar la demanda de espacio logístico en puntos de entrada estratégicos, como Algeciras, Valencia y Barcelona.
Asimismo, el impacto de las nuevas rutas de distribución ya está surtiendo efecto en Asia, ya que los precios del suelo y los alquileres en Vietnam están aumentando considerablemente a medida que el país se convierte en un importante fabricante. En este sentido, la consultora internacional ha registrado que las rentas industriales en Binh Duong (provincia de Vietnam), aumentaron un 54,4 % en el año hasta junio de 2019.
“Las cadenas de suministro suelen ser complejas. Por ello, acercar la fabricación a los mercados de destino final puede ser un ejercicio costoso y es probable que los beneficios percibidos de la deslocalización varíen en función del tipo de producto. A corto plazo, esperamos ver una mayor diversificación de las cadenas de suministro y es probable que primero se beneficien los países que logren el equilibrio entre la proximidad a los principales mercados de consumo, los menores costes de los insumos y los entornos empresariales favorables", explica Marcus de Minckwitz, director de Savills regional investment advisory EMEA.