Nanoelia es una joven que, con la ayuda de su amiga, una científica, ha invitado a los asistentes a conocer y experimentar la nanociencia y la nanotecnología. Y, además, les ha propuesto un reto: descubrir cuál es el material del futuro.
Los más pequeños se han involucrado en los experimentos propuestos por Nanoelia y su amiga para aprender las escalas, comprobar por sí mismos la fuerza de la gravedad, conocer de primera mano en qué consiste la inercia e, incluso, descubrir cuál es el color real del oro. Han aprendido la diferencia entre un microscopio óptico y uno electrónico, han jugado con material de laboratorio y, por un día, se han convertido en pequeños científicos.
Así, guiados por los distintos experimentos, han desvelado El enigma de Nanoelia y han descubierto que el material del futuro no es otro que el grafeno, que, compuesto totalmente por átomos de carbono, es un buen conductor de la electricidad y muy resistente.
“Los juegos son la manera de explicar conceptos complicados de forma sencilla y accesible. Puedes hacer muchas metáforas, pues la nanociencia no es solo complicada para los niños, sino también para los mayores”, ha comentado Guillermo Orduña, fundador del club Kikiriciencia de Esciencia, uno de los operadores del centro comercial de La Romareda especializado en actividades para despertar la vocación científica en niños de 5 a 12 años. Además, Orduña ha añadido que “en Los Porches siempre vienen muchos niños interesados en la ciencia. Esta actividad es una versión más familiar de la que hacemos en el club, porque en este espacio podemos recibir a más público y hacer una acción más participativa”.