Se ha limitado el aforo al 15 %. Para controlarlo, se han tomado medidas que van desde sistemas informatizados para contar personas a través de herramientas de tracking; hasta la presencia de informadores en los accesos (greeter); y especialmente con líneas de vinilo en el suelo y carteles para dirigir los flujos de personas, marcando una distancia de seguridad y evitando los cruces.
Se han establecido accesos únicos de entrada y salida; se ha prohibido el uso compartido de los ascensores y se ha cerrado el parque infantil.
Asimismo, se ha sustituido el dispensador de tickets de aparcamiento por un sistema de reconocimiento de la matrícula, para evitar el contacto manual con los botones, y se permite la salida a través de un código QR sin tener que tocar la pantalla.
Las colas se organizan como en los aeropuertos con sistemas de catenarias para "ordenar" y reorientar los movimientos del cliente en las zonas comunes, tanto para ir al supermercado como al resto de comercios, garantizando una distancia mínima de 1,5 m. Todo está reforzado con elementos de señalización en pantallas digitales, megafonía, señalización tradicional y un innovador sistema de vinilos en el suelo (floor marking).
Para fomentar el pago con tarjeta ha aumentado la implementación de la tecnología adaptada para evitar el pago en efectivo: máquinas de caja que permiten la no manipulación de dinero, dispositivos móviles, sistemas que cobran directamente a la cuenta del cliente, etc.
De la misma forma se han fomentado los pedidos online, puntos de recogida in situ, citas previas y servicio de entrega a través de nuevas aplicaciones (web, app, WhatsApp, teléfono, etc.) que están utilizando sus comerciantes, con el objetivo de reducir el tiempo presencial en el centro comercial, siempre dando prioridad y ayudando a las personas mayores, personal sanitario y colectivos vulnerables, o con servicio de entrega a domicilio gracias a una red de voluntarios.
Por último, el mercado es proactivo en el uso de carteles, megafonía y pantallas digitales informativas que emiten mensajes de concienciación, a la vez que informan a los clientes de las medidas que se están tomando (por ejemplo: "Hemos desinfectado este espacio hace sólo unos minutos").
"Hemos querido impulsar todas estas medidas porque creemos que, ahora, lo que necesitan nuestros clientes es saber que pueden comprar productos y servicios de primera necesidad con tranquilidad y confianza porque el espacio cuenta con el sello #espacioseguro. Este concepto no sólo se refiere a medidas higiénicas y sanitarias, sino también de organización. Actualmente, poder comprar de forma ágil y ordenada genera confianza", explica Ignasi Arce, representante de El Mercat de Montgat. "Esperamos que nuestra experiencia pueda ayudar y servir como modelo a otros tipos de centros y ejes comerciales, de los que forman parte muchos comercios, grandes y pequeños, y familias que dependen de ellos, para ponerse en marcha en el momento actual de desescalada por fases”, apunta.
Todo el comercio de El Mercat de Montgat ofrece productos y servicios de primera necesidad de proximidad, por lo que siempre ha estado abierto según recomendaba el estado de alarma decretado el 14 de marzo para garantizar el suministro a su zona de influencia, con la excepción de cuatro locales que por la tipología de su actividad tuvieron que cerrar y ya se están preparando para reabrir. "El hecho de tener un comercio familiar profesionalizado ha hecho que todos ellos hayan buscado desde el primer día fórmulas y herramientas para ofrecer un servicio adaptado a las nuevas necesidades. Nosotros, como gestores del mercado, hemos querido estar a su altura y hemos decidido reforzar sus iniciativas apoyándolas con la implantación de todas estas medidas", concluye Ignasi Arce.