La experiencia del cliente se ha convertido en el principal reto de cualquier marca. En este sentido, el papel de las flagship stores y las tiendas pop-up se han consolidado en las principales ciudades de todo el mundo. Este tipo de locales tan representativos ofrecen servicios de calidad al cliente sin tener en cuenta la compra del producto. Se trata de enaltecer y reforzar la imagen de la marca.
Las flagship stores tienen una superficie más grande de lo habitual y normalmente están ubicadas en zonas estratégicas o en edificios emblemáticos. Ángela Sánchez, directora de Retail de Laborde Marcet, asegura que “las rentas de estos activos suelen ser muy altas, pero las marcas consolidadas saben que es una buena apuesta para ganar visibilidad y añadir un valor agregado a la marca con el objetivo de fidelizar al cliente”.
Por lo que respecta a las pop-up stores, las marcas han decidido apostar por este tipo de activos para promocionar sus productos durante un tiempo determinado. Se caracterizan por su carácter exclusivo y ubicación estratégica. Un ejemplo de ello fue la pasada apertura de Shein en las principales arterias comerciales de Barcelona y Madrid.
Las zonas más demandadas suelen ser ejes prime como Portal de l’Àngel, Passeig de Gràcia o Rambla Catalunya. En este escenario, el precio medio de las rentas de las ubicaciones con más afluencia de España suele oscilar entre los 3.000 euros por metro cuadrado al año, de media.
Ante el aumento de las compras online, las tiendas ubicadas a pie de calle se han tenido que reinventar. “Debido al auge de las compras en línea, las tiendas han tenido que dejar de lado la tradicionalidad y aprovechar el incremento de la digitalización y la última tecnología para ofrecer servicios y una experiencia inmersiva”, subraya la directora de Retail. Algunos ejemplos de ello son los probadores con tecnología o un buen servicio de logística.
En España, el sector que se ha adaptado más fácilmente a este tipo de negocio es el de la moda. Marcas como Zara, Desigual o Mango han decidido optar por esta nueva estrategia comercial. Además, estas tiendas insignia pueden contar con servicios de restauración, supermercados o incluso hoteles. Una propuesta disrupitiva que está en auge en el High Street español.