No obstante, la ralentización de la economía mundial y el auge de e-commerce tenderá a provocar que los inversores internacionales se sitúen en una posición de wait and see, sobre todo, por la influencia de la evolución de los centros comerciales en los mercados de origen de los principales inversores en este segmento, como EE.UU y Reino Unido. En este sentido, se prevé que 2019 los niveles de inversión sean inversores a los registrados en los años anteriores, al tiempo que se producirá un ajuste al alza de los yields, según la consultora.
Dentro del pipeline de 2.500 millones de euros, se encuentra la cartera de intu, compuesta por cuatro complejos valorados aproximadamente en 1.000 millones de euros. Sin embargo, el producto principal de este pipeline son centros comerciales no prime, parques comerciales, carteras de supermercados e hipermercados y centros comerciales dominantes en ubicaciones secundarias.
Por otra parte, la demanda de inversión tenderá a enfocarse en centros pequeños de conveniencia, anclados en una superficie de alimentación, y parques prime y secundarios, es decir, centros de proximidad con elementos de conveniencia que no esté afectados por el comercio electrónico.
Además, están en marcha diez proyectos nuevos con elementos diferenciadores tanto desde el punto de vista del concepto de ocio como por el mercado por el que se sitúan. Uno de los desarrollos es Lagoh, impulsado por Lar España en Sevilla, de más de 100.000 metros cuadrados. Otro ejemplo es X-Madrid, que apuesta por una oferta tecnológica, urbana, más allá de lo comercial. El complejo de 47.000 metros cuadrado, ofrecerá actividades de moda, deporte, arte urbano, cultura y ocio.
El ocio gana peso, pero la moda sigue siendo la actividad principal, con enseñas de mayor tamaño y marcas nicho de carácter aspiracional. A su vez, la moda supone en muchos centros más del 50% de la SBA. Pese a ellos, las ventas decrecieron un 2,2% en 2018.
No obstante, la reducción del efecto llamada de las rebajas, el éxito de los marketplaces de compras online, junto con las restricciones de tráfico en algunas áreas del centro de las ciudades, son los factores que más están afectando al comercio textil, favoreciendo en algunos casos las visitas a centros comerciales.