Las aves insectívoras son unos agentes de control biológico de las zonas verdes y cultivos agrícolas. Su presencia es un indicador de la calidad ambiental de un paraje y de su biodiversidad. Las cajas nido son una excelente alternativa a las cavidades naturales que ellos buscan para refugiarse y reproducirse, según los expertos.
Las cajas, elaboradas con madera contrachapada protegida a base de aceites para evitar su deterioro ante la climatología, han sido confeccionadas de forma artesanal por los alumnos de las Escuelas que colaboran en este proyecto: Lorenzo Milani y Santiago Uno.
Las “casitas” se han colocado lejos del tronco de los árboles y separadas de las ramas con el fin de evitar a los depredadores.
El objetivo de esta iniciativa es ofrecer a las aves insectívoras o trogloditas que abundan en estas zonas que encuentren un lugar donde repostar o anidar.
Las cajas nido proporcionan a las aves lugares más seguros para la cría y el refugio, disminuyendo la depredación de nidos y facilitan la recuperación de especies amenazadas. La conservación de las aves es además beneficioso como insecticidas biológicos y también en el control de plagas de roedores, reduciendo el uso de insecticidas y pesticidas.