En concreto, las compras de los turistas chinos en Barcelona crecieron un 16 %, consolidándose como principal nacionalidad por gasto en shopping, representando más de tres de cada diez euros. Los estadounidenses, por su parte, se dejaron un 39 % más, con crecimientos muy importantes también de los coreanos y hongkoneses, con más de un 50 % cada uno.
Por otra parte, las compras de viajeros rusos, tradicional en los rankings de la Ciudad Condal, crecieron un 6 % motivado por la debilidad del Rublo, aunque mejoró ligeramente hacia final del año. No obstante, es probable que en 2020 los viajeros de Estados Unidos sobrepasen a los rusos en el número dos del ranking.
Por otro lado, más del 60% de las compras tax free en la Ciudad Condal se originan en el Paseo de Gracia, donde de hecho se realiza la tercera parte del gasto de los turistas de largo radio en España.
En relación al efecto de los disturbios vividos en Barcelona en el mes de octubre, desde Global Blue se apunta que, para que un suceso extraordinario negativo tenga un impacto en un destino, debe ser continuado en el tiempo, afectando en el caso de los turistas de largo radio no solo a la ciudad en cuestión, sino a todo el país. Sin embargo, estos sucesos tuvieron un efecto coyuntural durante pocas semanas.
En el caso de Francia con las manifestaciones de los chalecos amarillos en 2018, que se sucedieron sábado tras sábado, en el primer día de manifestación las ventas cayeron un 10 % en París. Sin embargo, ya el segundo sábado descendieron un 44 %; el tercero, un 66 % y la última, un 97 %.
Precisamente, el primer perfil de turista que deja de viajar no es otro que el de largo radio y alto poder adquisitivo, el más sensible a conflictos e inestabilidades en los destinos. La pérdida de este viajero, con un ticket medio que supera los 1.200 euros, provoca una bajada de los precios en los viajes y hoteles, lo que genera un círculo de devaluación del destino, al atraer a un turismo de peor calidad y poco sostenible que no deja una huella económica positiva.
España aún tiene potencial de crecimiento en lo que se refiere al turista de élite. El país solamente capta el 37 % del presupuesto de los turistas de alto poder adquisitivo que nos visitan, alrededor de los 22.000 euros, mientras que en otros países europeos la cifra llega a alcanzar el 60 %, como en Reino Unido, donde gastan unos 35.000 euros en compras.