Sin embargo, el análisis concluye que el nuevo perfil del turista postcovid se está dibujando aún, sometido a los continuos cambios que por los rebrotes de COVID19 se producen en la movilidad del país.
Puerto Banús consta de un paseo con muchos restaurantes y variedad de ocio nocturno. Desde que se decretó el estado de alarma, la afluencia se vio reducida en un 90% en la primera semana, lo que supone una reducción de afluencia de un 95% comparando la misma semana del año anterior.
La muestra se reduce un 64% entre febrero y marzo y un 94% entre febrero y abril, donde todavía existían restricciones a la movilidad de los ciudadanos. Desde mayo, cuando se permiten los primeros desplazamientos, se empieza a observar un repunte en la afluencia, multiplicándose por tres, aunque se mantiene muy inferior (un 73% menos) si se compara con la misma semana del año pasado. Durante el comienzo de la Fase 2 (1 de junio), que marca la reapertura de las terrazas, se observa un repunte, doblándose la presencia de peatones en la zona.
En el mes de julio, tras la reapertura de las fronteras, la afluencia en la zona mejora notablemente a pesar de mantenerse un 17% más baja comparando la misma semana de 2019. En cuanto a la procedencia del turismo detectado en la zona de Puerto Banús, Calibrate detecta considerables diferencias respecto del turista habitual: Madrid continúa siendo el lugar de procedencia de la mayoría de los ciudadanos registrados, aunque se nota un aumento de turistas de las provincias más cercanas como Sevilla, Cádiz, Córdoba y Granada. En 2019 constituían un 20% de la muestra y este año la cifra ha aumentado hasta el 30%. En el panorama internacional, el turista extranjero supone únicamente el 3% de la muestra recogida hasta el momento, mientras que el año pasado se situaba en torno al 30%.
Del mismo modo, Rambla Catalunya vio reducida drásticamente su afluencia de peatones a principios de marzo. Así, durante la primera semana del estado de alarma, el movimiento en esta zona se redujo respecto a la semana anterior en un 84%, aumentando al 93% si se compara con la misma fecha del año 2019. Durante los meses de mayo y junio en los que la población empieza a poder desplazarse, la afluencia se multiplica por tres en el mes de mayo y por cinco en el mes de junio respecto a datos de abril, en pleno confinamiento.
Julio es el primer mes desde el inicio del estado de alarma en el que se registran con más asiduidad turistas internacionales en el barrio, aunque apenas suponen el 13% de los peatones. Es un dato muy inferior al casi 30% registrado en 2019. Durante este mes, el turista nacional también supone un porcentaje muy reducido: apenas llega al 5% mientras que en el mismo mes del año pasado alcanzaba un 19%. Los datos del estudio muestran que las provincias más cercanas a Barcelona (Girona, Tarragona y Lleida) suponen la procedencia del 32% del total de los visitantes nacionales, aumentando en un 14% con respecto a cifras del año anterior.