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JLL mantiene la actividad con 39 contratos en centros comerciales

JLL ha intermediado en un total de 39 contratos por una SBA de 6.244 metros cuadrados en centros comerciales durante el período de la cuarentena. De ellos, 21 han sido nuevos contratos, por una superficie bruta alquilable de 4.728 metros cuadrados, y 18 renovaciones, por 1.516 metros cuadrados.

JLL mantiene la actividad con 39 contratos en centros comerciales

De estos acuerdos, 17 han tenido lugar en Andalucía, ocho en Extremadura, siete en Castilla y León, dos en Cataluña, cuatro en Aragón y una en la Comunidad Valenciana.

Se han completado operaciones que se venían madurando antes del confinamiento. Augusto Lobo, director de retail de JLL, ha apuntado que estos datos son positivos, porque se ha mantenido la actividad en un momento complicado: Los operadores han mantenido, en general, los planes que ya tenían avanzados antes de que hubiera que afrontar la crisis sanitaria.

Reconoce que la primera fase del confinamiento, en marzo, fue mucho pesimismo, pero más adelante se ha mirado el futuro con más optimismo. La firma espera firmar en julio otras 20 operaciones. Esto demuestra que hay firmas que siguen abriendo locales de todos los tipos de actividades, con más aperturas que se mantendrán hasta final de año. 

La restauración, que se ha visto especialmente afectado por la crisis sanitaria, ha sumado 14 contratos, sumando 2.100 metros cuadrados de SBA. Le sigue el sector de la moda, con 12 acuerdos por 1.780 metros cuadrados de superficie comercial.

Los operadores "son más selectivos en las ubicaciones que eligen, analizando los detalles del centro y especialmente quien es propietario. Algunos han apostado por dueños que les han ayudado en otros complejos". Las firmas seguirán siendo más selectivas y habrá que seguir la evolución en las ventas.

Muchos retailers han pedido bonificaciones contractuales durante al menos el primer año. Esta bonificación dependerá mucho del sector de actividad y de lo afectado que se ha visto por el COVID-19.

La conclusión de Lobo es que hay un sentimiento negativo, pero el comercio "es una actividad que se debe reinventar que se sabe reinventar muy rápido y no ha parado, incluso en las peores circunstancias".