La exposición se compone de un total de once vitrinas con diferentes composiciones artísticas a escala, que recrean desde tiendas de ultramarinos, panaderías, estancos, quioscos de prensa y librerías, pasando por boutiques de moda, talleres de costura, de encuadernación o de reparación de bicicletas; hasta puestos de antigüedades, barberías, obradores, carpinterías, o zapaterías.
Susana López del Toro, periodista y comisaria de la exposición explica que “en la muestra hago un repaso nostálgico de las maneras de vender en las distintas décadas del siglo XX. Desde una tienda de ultramarinos de los años 20, a una dedicada al Heavy Metal, pasando por un bar de los años 60 o el estudio de un pintor”.
Los dioramas están elaborados con todo tipo de materiales provenientes de objetos estropeados o sobrantes de otros trabajos a escala real. Botones, sacapuntas, llaveros antiguos, bisutería rota, palitos de helado, cartoneras de huevos, tela deteriorada... se convierten en muebles y objetos decorativos a escala 1/12 con un poco de imaginación, habilidad y algunas técnicas artísticas.
"No se trata solo de construir una escena, sino de investigar y documentarse acerca de lo que se quiere representar, para evitar el anacronismo" explica la comisaria.
Cada escena se acompaña de carteles y elementos originales de uso común en la ocupación o la tienda que reproduce.