La cadena de supermercados ha confiado a varias empresas de la zona la ejecución de este proyecto, cuya puesta en marcha ha supuesto la creación de 25 nuevos puestos de trabajo.
El nuevo establecimiento cuenta con una sala de ventas de más 1.200 metros cuadrados. A lo largo de ellos, se ofrecen productos frescos que se complementan con distintas referencias regionales, como fruta y verdura, horneados y vinos.
De esta forma, Lidl refuerza con esta apertura su presencia en las Islas Baleares, donde suma 26 puntos de venta (21 de ellos en Mallorca) y 600 empleos directos. Gracias a su actividad, genera otros 480 puestos de trabajo adicionales, entre indirectos e inducidos (un 0,18% del total de la región) y un impacto en el PIB de la comunidad de 56 millones de euros anuales (un 0,19% del total).
La compañía compra cada año más de 17 millones en producto balear y es una de sus principales plataformas de exportación. La cadena trabaja actualmente con 16 proveedores de la región de forma continuada y cuenta en su surtido con más de 60 referencias locales, que se venden regularmente en las distintas tiendas de Lidl en España y Europa. Entre estos productos, destacan diversos quesos o frutas y verduras.