Las otras tres aperturas se ubican en uno de los países con mayor presencia de la marca: El Salvador. A los siete puntos ya en funcionamiento, se sumarán dos de inminente inauguración en el centro comercial Metrosur (San Salvador) y El Encuentro, (San Miguel), y uno más en verano, situado este en Estación del Casco (San Benito).
“Centroamérica se ha convertido en uno de nuestros mejores mercados. En él contamos con un socio estratégico y una fidelidad de cliente muy alta, lo que nos llevará a continuar abriendo espacios llaollao este año”, asegura Pedro Espinosa, CEO del grupo.
Con respecto al resto de sus mercados internacionales, hay otra tienda a punto de abrir en Manila (Fairview), y en marzo lo hará otra en Nega. Con ellas, la enseña llegará a la docena de espacios en Filipinas.
Al mismo tiempo, sigue la consolidación en una de las áreas con mayor presencia del grupo: Arabia Saudí. En unos meses serán seis los espacios llaollao, con un nuevo kiosko en el centro comercial Panorama Mall.
En Suiza se ubicará el primer food truck del país, que ya cuenta con cuatro tiendas, en Indonesia abrirá un nuevo espacio y en Líbano se inaugurará la primera tienda, tras el acuerdo firmado con un máster franquicia en junio del pasado año.
También el próximo mes abrirá otra tienda en Myanmar (Times City), coincidiendo con el inicio de la construcción de un kiosko más en Mandalay City, y llegará uno de los momentos más trascendentales de llaollao: su lanzamiento en el continente australiano.
En territorio nacional, el grupo está cerrando acuerdos para abrir siete nuevos espacios, entre ellos tres food trucks. “Este año también ha sido de reflexión y respuestas: la situación del mercado inmobiliario nos ha animado a ampliar nuestros modelos de negocio, incorporando los ya demandados food trucks. En términos económicos, hemos facturado 60 millones de euros, un 10 % más en las tiendas de España que en 2018. En 2020 los resultados que obtengamos serán fruto del esfuerzo y el trabajo constante, seña de identidad de nuestro grupo”, concluye Espinosa.