En el establecimiento Rodilla, situado en el edificio Pier01 de Barcelona (el mismo en el que el Payment Innovation Hub tiene sus oficinas), ya se ha puesto en marcha este proyecto en el que se utilizarán tecnologías biométricas que permiten efectuar los pagos con un reconocimiento facial. Es lo que llaman el método Face to Pay. Los clientes realizan su pedido una cámara analiza su rostro mientras están en el mostrador, identifica al usuario y confirma el pago a la tarjeta que se haya incluido al registrarse en la aplicación.
El establecimiento guarda los datos, que consisten en unos parámetros cifrados de los rasgos faciales. No se almacena ninguna imagen. Para aumentar la seguridad, si el análisis de la cara no es suficiente para identificar al usuario se procede a hacer un reconocimiento de la voz.