También tiene como nueva meta la reducción de un 35% de las emisiones que se producen en su cadena de suministro para el mismo año.
Estos valores marcados son acordes con los acuerdos y compromisos internacionales que la marca ha suscrito. Además, están alineados con los escenarios definidos en el Acuerdo de París de las Naciones Unidas, que buscan limitar el aumento de la temperatura entre un 1,5 ºC y 2 ºC, respecto a niveles preindustriales.
Los nuevos compromisos se encuentran en proceso de aprobación por parte de Science Based Targets, una iniciativa para la promoción y difusión de objetivos basados en la ciencia.
"Los objetivos que nos hemos marcado para reducir nuestras emisiones son ambiciosos y reflejan nuestra firme voluntad de continuar con la transformación que estamos llevando a cabo en la compañía, para que sea una empresa cada vez más sostenible", señala Beatriz Bayo, directora de RSC de Mango.
La estrategia de la firma para alcanzar dichos objetivos intermedios en su camino hacia el net zero para 2050 al que se adhirieron por ser firmantes del Fashion Pact y la United Nations Fashion Charter. La compañía tiene previsto reducir el consumo de energía, aplicar medidas de ecoeficiencia en sus tiendas, almacenes y oficinas, y aumentar gradualmente el suministro de energía de fuentes renovables. También prevé minimizar la generación de residuos y el uso de plásticos.
Mango inició hace un año un proyecto para sustituir las bolsas de plástico por otras de papel, para transportar los productos desde origen a tienda.
Además, promueve el uso de fibras sostenibles como, el algodón orgánico, el poliéster reciclado o las fibras celulósicas de origen controlado. En marzo de 2021, la empresa anunció que el 79% de las prendas de su colección ya tenía características sostenibles y que esperaba alcanzar el 100% en 2022.