Precisamente en el apartado de la lucha contra el cambio climático, Mango firmó el pasado mes de octubre el Fashion Industry Charter de las Naciones Unidas, la Carta de la Industria de la Moda para la Acción Climática que concentra 16 principios para que la moda avance de manera conjunta para reducir el impacto de esta industria en el cambio climático. Estos principios están relacionados con el objetivo de reducir emisiones de gases de efecto invernadero en las instalaciones, en la cadena de proveedores y en la logística, entre otros.
“Este acuerdo es una clara demostración de que la industria de la moda está comprometida en actuar ante el cambio climático de manera colectiva, un ejemplo de compromiso por parte del sector, necesario para hacer frente a la magnitud del desafío climático”, según Beatriz Bayo, directora de RSC de Mango.
El Fashion Industry Charter de las Naciones Unidas incluye el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en un 30% para el año 2030. Por ello, Mango está llevando a cabo un análisis detallado de su huella de carbono, lo que le permitirá marcar unos objetivos con base científica (SBTs Science-Based targets) a lo largo de 2021 y elaborar el correspondiente plan de reducción de sus emisiones.
Proyectos iniciados por Mango
Otro de los compromisos de la compañía ha sido priorizar el uso de materiales de menor impacto ambiental. En este sentido, ya anunció a principios de año su intención de aumentar la proporción de fibras sostenibles en sus colecciones y, por ello, se marcó como objetivo que el 100% del algodón utilizado en sus prendas sea de origen sostenible antes de 2025. La compañía también tiene previsto aumentar el uso del poliéster reciclado en sus prendas, con el propósito de que aumente hasta el 50% antes de 2025, y de que el 100% de las fibras celulósicas utilizadas sean de origen controlado antes de 2030.
Paralelamente, con el objetivo de avanzar en el pilar de la protección de los océanos, la marca ha iniciado recientemente un proyecto para sustituir las bolsas de plástico de su packaging por bolsas de papel. Se trata de eliminar, de manera progresiva y en colaboración con sus proveedores, todas las bolsas de plástico que se utilizan para distribuir los productos a lo largo de la cadena de suministro, alrededor de 160 millones de bolsas de plástico anuales.