Las bolsas que se utilizarán son de papel tisú, un material hecho de pulpa natural de fuentes renovables. Este papel procede de bosques gestionados de manera sostenible, donde las prácticas que se siguen para talar los árboles están certificadas conforme a los requisitos de los estándares internacionales FSC (Forest Stewardship Council). De esta manera, se contribuye además a una economía circular, ya que los productos de papel se pueden reciclar una media de entre cuatro y seis veces.
El proyecto se va a lanzar inicialmente en producciones de proximidad para prenda doblada, tras el éxito de las tres pruebas piloto que ha llevado a cabo la firma en Marruecos, China y Turquía. Mango prevé que este nuevo proyecto pueda estar implementado en todas sus prendas a finales de 2021.
“Se trata de un proyecto de grandes magnitudes, que tendrá un impacto muy positivo en el medio ambiente, ya que gracias a su implantación dejaremos de utilizar cada año alrededor de 160 millones de bolsas de plástico. Estamos muy satisfechos de llevar a cabo este tipo de proyectos que nos ayudan a avanzar hacia una moda más sostenible que nos permite, a su vez, llevar a cabo la transformación sostenible de la compañía”, afirma Toni Ruiz, consejero delegado de Mango.
Fashion Pact
El proyecto se enmarca en el Fashion Pact, una coalición global que tiene como objetivo impulsar la sostenibilidad medioambiental de los sectores textil y moda a la que la compañía se unió en 2019. Este pacto global compromete a todos sus firmantes a trabajar de manera colectiva para minimizar el impacto ambiental de la industria textil y de la moda focalizado en tres pilares: luchar contra el Cambio Climático, preservar la Biodiversidad y proteger los Océanos. En línea con el último pilar, Mango ha iniciado este proyecto con el objetivo de eliminar todo el plástico de su packaging.