“Los sobrecostes, sin duda, han sido un duro golpe para el sector y nos han obligado a readaptar los calendarios de las producciones y las historias por contar”, señala Tony Higueruelo, CEO fundador de la productora de cine participativa Rollyhoo. "Se deberán tomar un sinfín de precauciones y muchas escenas con abrazos o besos serán suprimidas para limitar los riesgos”, agrega.
Actualmente, las pérdidas en el sector se estiman alrededor de los 300 millones de euros, solo en España. Pese a ello, tras un 2019 histórico para la industria nacional del cine, con ingresos cercanos a los 625 millones de euros, las salas se han convertido en una de las mejores opciones de ocio fuera de casa y no parece que la tendencia vaya a cambiar tras la crisis.
En lo que va de la crisis en España, se han parado más de 30 películas que se encontraban en rodaje o en proceso de postproducción. Los nervios del sector se han extendido a las empresas distribuidoras y encargadas de exhibir las películas y a los productores, que necesitan los estrenos para generar un retorno de la inversión.
“Las guías elaboradas por el sector y los protocolos creados para comenzar a filmar son casi utópicos. No solo generan un aumento de los costes, sino que se convierten en procesos difíciles y que extienden la duración de los días de filmación”, afirma Higueruelo.
Entre las medidas impuestas por el Gobierno, se ecuentra contar con elementos de higiene en el set y entregar un kit de EPI’s diariamente: mascarillas, guantes y alcohol en gel. Junto al Kit se entregará la información adecuada sobre su correcto uso incluyendo la técnica correcta de uso de las mascarillas de protección y guantes. También se debe contratar personal especializado para prevenir riesgos laborales y personal sanitario para estar cubierto ante posibles incidencias.
Es necesario habilitar espacios independientes para la estancia del equipo artístico, figuración, presentadores. Estos deben tener el tamaño correcto para que pueda utilizarse como zona de descanso. Asimismo, hay que tener un kit de maquillaje y peluquería individualizado para cada actor y actriz.
Todos los equipos deben someterse a una limpieza profunda antes y después de cualquier jornada de rodaje y el vestuario debe guardarse embolsado con zip, manteniendo la división por persona. En el caso de tener catering, este debe ser individual. Las mesas para comer deberán ser amplias y los participantes de la producción podrán pasar tiempo allí por turnos. Asimismo, los aseos deberán ser desinfectados de manera frecuente por parte de personal de limpieza profesional.
La lista de medidas se extiende, incluyendo la disminución de los equipos de trabajo por departamentos, la cantidad de gente dentro del set y la necesidad de contar con espacios cerrados que cuenten con ventilación. “Lo más importante es contar con un protocolo frente a posibles contagios: cualquier miembro del equipo que muestre síntomas deberá ser trasladado a una zona aislada del resto de los trabajadores para que pueda permanecer en espera hasta su traslado seguro. Esto implica que cada actor deberá contar con un doble, por posibles bajas”, finaliza Tony Higueruelo.