En primer lugar, un cuentacuentos permitió a los niños conocer nuevas historias e interactuar de una manera activa y divertida.
Al mismo tiempo, se celebraba un taller de cupcakes para el que hubo que ampliar las plazas disponibles inicialmente. Además, los asistentes se llevaron de regalo una taza especial de San Valero.
Por último, el broche final a la tarde lo puso una chocolatada preparada para más de 1.000 personas en la que los asistentes pudieron degustar un vaso caliente de chocolate y una porción de roscón de San Valero.