Este resultado se debe al impacto de la pandemia de la COVID-19, con las consecuentes restricciones a la movilidad y el cierre de comercios.
De esta forma, la facturación de Ralph Lauren en su año fiscal se desplomó un 28,5%, hasta 3.612,6 millones de euros. Por áreas geográficas, los ingresos en Norteamérica fueron de 1.635,6 millones, un 36,6% menos; mientras que en Europa el descenso fue del 28,6%. La cifra de negocios en Asia se expandió un 1%, hasta los 843,5 millones de euros.
"Este año fiscal, fundamentalmente reposicionamos a la empresa para el éxito a largo plazo, acelerando nuestras capacidades de marketing y digitales, eliminando problemas estructurales, centrándonos en el 'portfolio' de las marcas y realineando nuestra estructura de costes", ha subrayado Patrice Louvet, presidente y consejero delegado de la empresa.
El coste de los productos vendidos en el conjunto del año fiscal fue de 1.263,7 millones de euros, un 38,6% menos, al tiempo que los gastos de venta, generales y administrativos fueron de 2.166, lo que supone un decrecimiento del 18,5%.
Con respecto a los datos del cuarto trimestre fiscal, la firma de moda redujo un 70% sus pérdidas, hasta 60,8 millones de euros, tras haber elevado un 1% la facturación (1.056,5 millones de euros).