Según datos de IAB Spain, el número de compradores que eligen internet ha aumentado un 23% respecto a cifras registradas antes de la COVID-19. Un cambio de tendencia acelerado por los cierres y restricciones en comercio físico, derivados de la pandemia, que se prevé que se mantenga estable durante los próximos meses, o incluso años.
Ante este nuevo panorama, los comercios minoristas han encontrado en las soluciones de autoescaneo un aliado para dar respuesta a las siempre cambiantes necesidades de sus clientes. Scandit, plataforma de tecnología empresarial para visión artificial y realidad aumentada (AR), asegura que más de la mitad de los comercios europeos (58,5%), ya cuenta con soluciones de autoescaneo como Scan&Go.
A pesar de la aceptación de la que gozan hoy en día las tecnologías enfocadas al autoescaneo, todavía son muchos los negocios minoristas que no integran este tipo de funcionalidades.
Además, de acuerdo con el estudio “Spanish consumer sentiment during the coronavirus crisis”, la intención de gasto online de los españoles ha aumentado un 45%. Dar respuesta a estos grandes volúmenes de pedidos, en un corto espacio de tiempo, está siendo uno de los problemas a los que se están enfrentando ahora los negocios que todavía no han digitalizado sus procesos.
Para ello, las empresas deben invertir en nuevos servicios y soluciones digitales que les permitan optimizar sus procesos y adaptarse a las necesidades digitales de los clientes. “Las soluciones de autoescaneo permiten a los comercios agilizar sus tareas diarias, y tener un control real sobre el stock con el que cuentan en cada momento. Esto supone una ventaja competitiva, que les permite hacer frente a grandes volúmenes de pedidos y picos de actividad”, comenta Samuel Mueller, CEO de Scandit.
Trasladar la experiencia online a tienda
Todo apunta a que las tiendas físicas no van a desaparecer como consecuencia del auge del comercio electrónico. Lo que sí parece claro es que su funcionalidad está cambiando. En este sentido, los establecimientos se están convirtiendo en una extensión del e-commerce, y no al revés.
Los retailers se enfrentan ahora al reto de trasladar la experiencia de compra online a sus tiendas físicas. Los clientes ya se han acostumbrado a la facilidad, comodidad y personalización de las compras online, y no quieren renunciar a ello. Además, muchos siguen preocupados por su seguridad y las medidas de distanciamiento social.