La compañía también ha confirmado un importante incremento en el número de clientes que este año han visitado sus cerca de 50 tiendas, hasta 2,5 millones. En conjunto, la compañía cerrará el ejercicio con unas ventas 10 millones de euros.
“El cliente ha premiado las ventajas que ofrecen las tiendas de barrio Sqrups!. En cualquiera de nuestros establecimiento es posible encontrar más de 1.000 productos con precios entre un 20% y un 80% por debajo de su precio de mercado. Los consumidores cada día valoran más la oportunidad de adquirir a muy bajo precio productos que de otro modo irían directamente a la basura”, ha afirmado Iñaki Espinosa, fundador y director general de la compañía.
El confinamiento excepcional vivido, en el que Sqrups! mantuvo abiertas prácticamente todas sus tiendas, aunque exclusivamente las áreas de alimentación e higiene, así como el incremento de clientes que buscan los mejores precios posibles para superar la incertidumbre económica, han sido la lanzadera de esta compañía.
Modelo de negocio
Sqrups! reproduce un modelo de negocio con gran aceptación en países como Estados Unidos, Francia, o Bélgica. Se trata de tiendas en las que es posible encontrar hasta 3.000 referencias de productos de alimentación, droguería, moda y menaje que renueva permanentemente y con descuentos, lo que hace su oferta muy atractiva para el cliente, que se beneficia de un importante ahorro en sus compras. Es la combinación de compra de impulso y compra de oportunidad.
La clave de este modelo de negocio reside en que Sqrups! negocia con los fabricantes la compra de productos que por distintos motivos ya no les sería posible vender y acabarían en la basura. “La distribución trabaja con lo que se conoce como “la norma de los dos tercios” y que representa la vida útil de un producto. Es decir, que si unas galletas tienen 18 meses de vida útil, cuando le quedan seis meses, los almacenistas ya no se la cogen. Ahí es cuando entramos nosotros en juego”, añade Iñaki Espinosa.
Este hecho ha supuesto que la compañía esté recibiendo cada día a nuevos proveedores que observan este canal como una vía perfecta para dar salida a sus excedentes y descatalogados, cumpliendo con sus políticas de RSC, evitando la destrucción de alimentos.
La compañía divide a sus clientes en dos grandes grupos. De un lado, personas mayores, y que encuentran de este modo la forma de adquirir productos de todo tipo, muchos de ellos de grandes marcas, muy por debajo de su precio. El otro gran colectivo lo forman los jóvenes, más concienciados en favorecer la economía circular, y “que piensan como nosotros que tirar comida es inmoral”, concluye Espinosa.