En diez meses, la marca ha conseguido la aprobación judicial del convenio de acreedores poniendo así fin al proceso concursal. Desde que dio comienzo la pandemia, muchas empresas de diferentes sectores vieron cómo su solvencia peligraba. Uno de esos casos fue Teria Yabar, firma de moda fundada en 1984, que decidió acogerse de forma voluntaria hace diez meses al concurso de acreedores, nombrándose entonces a Abencys como administración concursal.
Recientemente, Teria Yabar ha llegado a un acuerdo con sus acreedores y ha abandonado los juzgados. “El concurso puede y debe servir para reestructurar una empresa. No debe ser sinónimo de liquidación y fin del negocio, sino que pretende conservar el mayor tejido empresarial posible”, ha apuntado Manuel Gordillo, socio de Abencys.
“Para llegar a resultados favorables para la empresa inmersa en el concurso de acreedores, se debe trabajar de forma coordinada con todo los actores del mismo. Esta es una de las claves que diferencian un concurso con éxito a otro que no consigue los objetivos establecidos de forma inicial, enfocados a la supervivencia del negocio”, añade Gordillo.
Abencys ha trabajado en procedimientos con empresas como Karen Millen Spain, Toronile o a la filial en España del grupo Coast Fashions. La firma participó igualmente en la gestión del concurso de la firma Hakei, que contaba con múltiples puntos de venta repartidos por toda España.