Ikea ha cerrado su ejercicio fiscal 2025 en España —comprendido entre el 1 de septiembre de 2024 y el 31 de agosto de 2025— con una facturación de 1.986 millones de euros, lo que supone un incremento del 2,8% respecto al año anterior. El volumen de productos vendidos también creció en la misma proporción, con 164,3 millones de unidades comercializadas.
La compañía registró 51 millones de visitantes en sus tiendas físicas y más de 228 millones de usuarios en sus canales digitales, alcanzando un total de 278 millones de interacciones durante el periodo. El canal online representa ya el 27% del negocio, con ventas de 536,9 millones de euros, un 11% más que el ejercicio anterior.
A cierre de ejercicio, Ikea España emplea a 9.736 personas, tras la creación de 130 nuevos puestos de trabajo en el último año. Según la compañía, el 91% de la plantilla cuenta con contrato indefinido.
Durante 2025, la empresa destinó 14 millones de euros a reducir el precio de más de 2.000 productos y realizó una inversión total de 90 millones en su plan de expansión y mejora de puntos de contacto. Entre las actuaciones destacadas figuran la apertura de un centro de planificación de pedidos en Granollers, la reorganización de la tienda de Santander (El Alisal) y la renovación de espacios expositivos en los establecimientos de Badalona, Sevilla y San Sebastián de los Reyes.
El año estuvo marcado por la puesta en marcha de proyectos piloto de innovación, entre ellos la plataforma de compraventa de segunda mano y IKEA Home, un marketplace de servicios para el hogar ya operativo en Madrid y Barcelona. Estas iniciativas sitúan al mercado español como uno de los referentes en innovación dentro del grupo.
A nivel global, el Grupo Ingka, que agrupa las operaciones de Ikea en varios países, registró unas ventas de 39.000 millones de euros en el ejercicio 2025. La compañía incrementó un 1,6% el volumen de productos vendidos y un 4,6% las visitas online, aunque las ventas totales se redujeron un 1,6% tras priorizar el mantenimiento de precios bajos en un contexto de presión inflacionaria y cambio en los hábitos de consumo, según afirman.