Hay techos de hormigón que hay que ir puliendo para que entre la luz. Así lo reconoce Cristina Pérez de Zabalza, partner head of leasing de Cushman & Wakefield que también reconoce los avances que se han producido y que, a pesar de que al inicio de su carrera le habría gustado tener mujeres a la que querer parecerse, sí que ha tenido referentes hombres que le han ayudado mucho.
¿Cuáles son los principales techos de cristal que quedan por romper para las mujeres dentro del sector del retail?
Cristina Pérez de Zabalza: El principal techo de cristal es nuestra sociedad. Hace nada, las mujeres teníamos muy pocos derechos; no podíamos estudiar, no podíamos votar y no podíamos ni tener tarjeta de crédito. Desde entonces, nuestra sociedad ha evolucionado. Hemos vivido muchos cambios y nos encontramos en un mundo mucho más igualitario que el que vieron nuestros padres y nuestras madres. Pero no todo es inmediato. Hay techos que son de hormigón y que hay que ir puliendo poco a poco, para que pueda entrar la luz y se vea el final del túnel. Se trata de escucharnos, de levantarnos los unos a los otros y luchar por un objetivo común: dejar a las siguientes generaciones un mundo más igualitario que el que nos encontramos nosotros.
¿Cómo está trabajando Cushman & Wakefield para fomentar la inclusión y la diversidad dentro de los órganos de decisión?
C.P.Z: Cushman & Wakefield es una empresa que apoya mucho la diversidad de todo tipo y la de género. Hay una serie de medidas que se van tomando para fomentar la inclusión, desde revisiones trimestrales, pasando por planes de sucesión e incluyendo nuestro red program, en el que entran el mismo porcentaje de mujeres y hombres, o el disruptive board, que también es igualitario. La diversidad, la igualdad y la inclusión son mandatorios en Cushman & Wakefield.
¿Cómo valora la ley de paridad propuesta por el Gobierno?
C.P.Z: Según la nueva ley de paridad, las sociedades cotizadas deberán asegurar que antes del 1 de julio de 2024 tengan al menos un 40% de consejeras y en los puestos de alta dirección se deberán ajustar los procesos de selección para que se alcance ese objetivo. Hoy en día, la presencia de mujeres en los consejos de este tipo de sociedades no llega al 30% y está por debajo del 20% en los puestos de alta dirección. Esto significa que en 18 meses el porcentaje de mujeres en altos cargos debería subir un 10%. Para llegar a esto se debería hacer un cambio brutal en muchas sociedades. Estamos en un mundo de cambios constantes y donde todo evoluciona muy rápido, pero cuando se trata de cuestiones sociales, el tiempo se ralentiza un poco. Hay determinadas profesiones donde no va a ser difícil conseguir este objetivo, pero en otras va a costar más. Y no es porque no haya mujeres que no estén capacitadas. Hay mujeres que valen muchísimo, pero que no han tenido el camino tan llano para llegar a determinados cargos. Es una cuestión de tiempo.
¿Cuáles fueron los principales referentes que tuvo cuando estaba avanzando en su carrera? ¿Cuál es la importancia de tener estos referentes?
C.P.Z: Cuando empecé mi carrera profesional, no tenía una mujer de la que yo pudiera decir “de mayor quiero ser como ella”. Mis referentes eran mispadres. En mi casa somos siete hermanos y ellos siempre nos trataron a todos por igual. Nunca me hicieron sentir diferente por ser mujer. Ni más ni menos. Tener referentes en la vida es básico, para todo. ¿Me hubiera gustado tener una mujer de referente a nivel profesional? Sí, por supuesto, me hubiera encantado. Pero por suerte, he tenido referentes hombres que me han ayudado muchísimo en mi carrera.
¿Cómo se debe avanzar todavía en materia de conciliación?
C.P.Z: Creo que la vida privada no debería tener que interceder en la vida profesional. Deberían ir de la mano. Para eso, una debe intentar tener el mismo peso que la otra. La nueva ley de paternidad ha ayudado mucho en eso. Dicen que las horas del día deberían repartirse en ocho para trabajar, ocho para dormir y ocho para el resto de tu vida. Si extrapolamos esto a una semana, quizá lo que podría tener más sentido sería ir un paso más allá y empezar a incorporar en los trabajos las jornadas laborales de cuatro días en aquellos casos donde sea posible, o buscar alternativas para conseguir que medidas como estas puedan ser rentables tanto para las empresas como para los trabajadores.
Esto podría ser un gran paso para la conciliación de la vida privada y la vida profesional siempre que exista un equilibrio, independientemente de si uno tiene hijos o no. Las personas que no tienen hijos también tienen derecho a conciliar, no es exclusivo de padres o madres. En materia de conciliación, también es muy importante tener unos buenos referentes; si tus referentes llevan una buena conciliación entre vida privada y profesional, tú también intentarás aplicarlo. Al fin y al cabo, tú repites lo que ves: si tus padres o referentes en casa o tus jefes y compañeros en el trabajo, concilian… tú terminas viendo como algo básico y normal la conciliación.
¿Cómo valora los datos de afluencias, ventas y comercialización de la cartera de centros de Cushman & Wakefield?
C.P.Z: Todo el mundo nos venía diciendo que 2022 iba a ser horrible. Sin embargo, hemos acabado el año con récords de afluencias y de ventas, hemos comercializado locales que pensábamos que no se iban a comercializar, hemos innovado, probado nuevos conceptos, nuevas cadenas, y todo tipo de actividades. Vas a dar una vuelta y no encuentras mesa en ningún sitio. Nos gusta salir a la calle, pasear, disfrutar y esto se nota. La gente está cansada de estar en su casa y los centros y calles comerciales son un reflejo de esto. Las navidades han sido buenas, las rebajas no han sido malas y ahora podremos ver cómo evolucionan las ventas y las afluencias en la primavera.
¿Cómo están trabajando para ayudar a los inquilinos de los centros que gestionan a sacar el mayor partido a sus espacios físicos y adaptarse a un entorno omnicanal?
C.P.Z: Al final, la omnicanalidad no es más que la evolución de la forma de venta. Es esta relación entre lo físico y lo digital. Todo está cambiando y la manera que tenemos de vender y de comprar también. Es una cosa relativamente nueva y moderna y hay que saber cómo compatibilizarlo. Se trata de ponerlo fácil para todas las partes; hay que dar facilidades para que cada uno compre como quiera y de la forma que se adapte mejor a su estilo de vida. Como gestores de centros comerciales, tenemos que encargarnos de facilitar la experiencia de compra a la gente; de que cuando paseen por un centro comercial estén a gusto, de que tengan fácil acceso a todas las tiendas… en resumen, de que vivan una gran experiencia.