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COVID-19 y responsabilidad medioambiental

COVID-19 y responsabilidad medioambiental

directora de sostenibilidad y comunicación en intu Spain

La sostenibilidad será prioridad, tanto para gobiernos y administraciones, como para empresas. Los gobiernos y administraciones tendrán la responsabilidad de integrar criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en los estímulos económicos que se pongan en marcha. Y las empresas también tendrán mucho por hacer. Lo primero será retomar la actividad y la generación de empleo. Pero en esta reconstrucción, es fundamental reconsiderar la relación con la naturaleza y la oportunidad de jugar un papel clave generando un impacto global positivo.

¿Qué es el COVID-19?

El COVID-19 es una zoononis. Esto es, una enfermedad infecciosa que se transmite de animales a humanos o viceversa. En los últimos años, hemos visto otras zoonosis como el Ébola, la gripe aviar, el síndrome respiratorio del Medio Oriente, la fiebre del Valle del Rift y la enfermedad por el virus del Zika.

En las últimas dos décadas, estas enfermedades emergentes han tenido costes directos de más de 100.000 millones de dólares. Ahora, la pandemia se ha convertido en una emergencia sanitaria global que ha transformado de forma radical el panorama económico. La pandemia trae consigo la tercera y la mayor crisis económica, financiera y social del siglo XXI por delante de las crisis del 11-S, la crisis financiera mundial de 2008 o incluso la Segunda Guerra Mundial. A falta de cifras oficiales, el escenario más optimista estima que tendrá un coste superior a los 900.000 millones de dólares.

Medio ambiente y zoonosis

El origen de toda esta catástrofe económica y social es una zoonosis. Pues bien, el aumento de las zoonosis está estrechamente relacionado con la salud del medio ambiente. Los científicos lo consideran clave, pues del estado ambiental se determina la probabilidad de que patógenos virulentos inicien movimiento de un huésped animal a un huésped humano.

En concreto, en su informe de 2016 “Emerging Issues of Environmental Concern”, la ONU identifica como principales factores que aumentan los riesgos de zoonosis la deforestación, el cambio climático, el comercio ilegal de especies exóticas y la intensificación de la producción agrícola y ganadera.

El último informe de la ONU sobre la biodiversidad, publicado en mayo del año pasado, advirtió  que estamos ante la mayor extinción de la historia de la humanidad. Alrededor de un millón de especies de animales y plantas están hoy en peligro de extinción y muchas podrían desaparecer en los próximos 10 años. La tasa global de especies extintas es entre diez y cien veces mayor que la tasa promedio en los últimos 10 millones de años. Un 75 % de los ecosistemas terrestres y un 66 % de los marinos están gravemente alterados. Hay múltiples indicadores de la continua pérdida de biodiversidad y las consecuencias de este fracaso colectivo nos están afectando ya gravemente a todos.

Sector inmobiliario

Ante esta situación y enfocándonos en la posible acción positiva en el sector inmobiliario, la pegunta es ¿qué podemos hacer? ¿Hay oportunidades de reconciliar al sector con la naturaleza? Mi propuesta es que todos los nuevos desarrollos y reformas hagan una contribución medioambiental positiva.

En el sector inmobiliario, estamos acostumbrados a hablar de eficiencia energética o de certificaciones de edificios. Pero es el momento de ir más allá. Podemos pensar en contribuir a la conservación de la biodiversidad y trabajar para incrementar la funcionalidad ecológica. Y ello no es forzosamente un incremento de coste. Solo requiere repensar la forma de hacer las cosas. Porque para la conservación de la vida, el medio ambiente debe ser una prioridad de todos.

Para lograr este objetivo, propongo cinco acciones. La primera es crear espacios verdes basados en criterios de sostenibilidad y conservación ambiental, considerando de forma conjunta la vegetación, la fauna, los hábitats y los usos del agua. En la creación de esos espacios verdes, sugiero fomentar la recreación de entornos y paisajes locales considerar muros verdes y cubiertas ajardinadas o huertos urbanos. Hay que priorizar el uso de especies autóctonas y de alta capacidad de captación de CO2 y considerar la recuperación de especies endémicas y vetar el uso de especies invasivas. También se debería incorporar en los procesos de compra requerimientos que prohíban la importación de especies o materiales exóticos y dar prioridad a productos locales y que cuenten con certificados sostenibles. Por último propongo usar los elementos del paisajismo para la mitigación de cambio climático, para reducir la demanda energética y el efecto de "isla de calor", así como para incrementar el confort y bienestar de los usuarios.

El sector inmobiliario tiene la oportunidad de ser agente transformador, contribuyendo de forma positiva en la protección de la naturaleza y a la creación de ciudades y espacios sostenibles y saludables.

Abordar la situación en la que nos encontramos requiere conciliar el desarrollo humano con la salud del planeta, es decir, animales, personas y recursos naturales. Es imperativo reconciliarnos con la naturaleza y ello pasa por protegerla, valorarla y apreciarla. La relación entre un ambiente saludable y personas sanas es crítica.

Desde el sector inmobiliario hay oportunidades de acción innovando, repensando soluciones y adaptando las prácticas existentes.