Aunque no todo tipo de capital está volviendo a mirar la inversión en retail, están de vuelta los inversores que son especializados y que ya transaccionaron en España anteriormente.
El empleo ha mejorado y la evolución del consumo interno es positiva y sostenible a corto y medio plazo. La inflación está dejando de ser un problema y el crecimiento del PIB del país estará por encima de la media europea en 2024.
Las principales métricas están mejorando las anteriores a la pandemia. Las afluencias a los centros comerciales han aumentado, lo que significa una mejora de las ventas.
Las rentas se han ido ajustando, pero han bajado poco, muestra de su resiliencia. Además, han sufrido en los últimos años diferentes crisis como la COVID y el e-commerce y, por lo tanto, ya no es descabellado pensar en incrementos de las mismas en línea con los crecimientos en ventas.
Las tasas dan signos de estabilizarse durante 2024, aunque permanecerán altas hasta este verano. Esto quiere decir que en los modelos de los inversores hay cierto margen a una compresión de tasas en los próximos 3/5 años que ayudan a los retornos requeridos por el capital. Esta ventana de oportunidad de poder comprar a tasas relativamente altas se cerrará en cuanto estas comiencen a bajar.
A pesar de los sólidos fundamentales, en el mercado de capitales solo estamos viendo activo al capital value added, que requiere unos retornos altos, por lo que está siendo difícil que se encuentren las expectativas de precio entre vendedores y compradores. En EE.UU se está empezando a vislumbrar la vuelta del capital core/core+, por lo que espero que en el corto plazo podamos tener cierta velocidad de crucero en lo que se refiere a la inversión de centros comerciales en Europa.