Debe permitir superar la barrera del 20% de contribución digital a las ventas y muy especialmente mejorar las métricas de atribución y contribución de los negocios digitales al EBITDA total de la compañía.
Si hablamos de centros comerciales, identificamos dos retos principales, en primer lugar, demostrar con casos de éxito a los locatarios, que los malls pueden ser generadores de valor añadido omnicanal para sus negocios, aunque sea con pequeñas soluciones que sirvan de punto de partida para ganar su confianza. En segundo lugar, los centros comerciales deben enseñar al mercado que son capaces de identificar y satisfacer las nuevas necesidades de sus consumidores e inquilinos. Para ello, deberán complementar su propuesta de valor tradicional con nuevas iniciativas y servicios, asumiendo que el aprendizaje activo se basa en el principio de acción y reacción, es decir, aprender haciendo.