En los últimos años, el contexto económico general ha sido difícil y el sector ha tenido que lidiar con el impacto de la pandemia en el mercado inmobiliario, las presiones inflacionistas y la incertidumbre geopolítica. Dicho esto, la serie de índices FTSE EPRA Nareit mostraba signos de recuperación en la primera parte del primer trimestre de 2023, tras un difícil comienzo en el cuarto trimestre, lo que sitúa a las cotizadas europeas en una sólida posición de cara al año que temenos por delante y les proporciona una firme plataforma para seguir creciendo a medida que disminuyan estas presiones.
La inflación y los tipos de interés siguen dominando la agenda de noticias económicas y tendrán un gran impacto en las inmobiliarias cotizadas a lo largo del año. Esto se traduce en una mayor carga de costes para el sector que, en última instancia, puede afectar a los márgenes y reducir la rentabilidad de los accionistas. Sin embargo, recientemente se han producido acontecimientos positivos en este sentido, con la caída de la tasa de inflación en gran parte de la zona euro en enero. Las prácticas en materia de alquileres en todo el continente también servirán de apoyo frente al aumento de los costes y muchos contratos de arrendamiento están indexados, lo que significa que los alquileres aumentarán en línea con la inflación.
Sectores en el punto de mira
El sector retail se enfrentó a grandes obstáculos a lo largo de la pandemia, pero ha demostrado una notable fortaleza. Aunque la afluencia es ligeramente inferior a los niveles anteriores a la COVID, la tendencia es positiva y la recuperación sigue en marcha. Los locales bien gestionados por operadores experimentados en zonas de captación atractivas proporcionarán grandes beneficios.
El self-storage ha vivido unos años muy buenos y se prevé que esta tendencia continúe durante el verano y más allá, a pesar de la presión sobre el gasto en almacenamiento como consecuencia del aumento del coste de la vida. Es probable que la necesidad de espacios de self-storage mantenga su impulso debido a factores como la densidad urbana, la escasez de espacio y el trabajo desde casa.
En términos residenciales, la pandemia ha aumentado la urgencia de ofrecer soluciones de vivienda de alquiler asequible y la necesidad de vivienda social sigue aumentando en toda Europa. Se espera que la inversión privada desempeñe un papel vital para satisfacer las necesidades de vivienda asequible y social, ya que las autoridades públicas disponen de recursos financieros limitados para asignar a este sector. Innovaciones como la propiedad compartida y el coliving también están ganando popularidad y pueden ofrecer oportunidades adicionales a los inversores.
El sector de las oficinas se enfrenta tanto a retos como a oportunidades debido a los cambios en las pautas de trabajo que ha traído consigo la pandemia. Es probable que la mano de obra del futuro sea híbrida en la medida de lo posible y los espacios de trabajo están evolucionando para satisfacer las expectativas de los inquilinos en términos de flexibilidad, colaboración e interacción. Esta tendencia podría dar lugar a un aumento de la popularidad de los espacios de oficina flexibles, mientras que un renovado interés por la salud y el bienestar de los empleados podría generar apetito por características de los espacios de trabajo con probadas credenciales ecológicas que promuevan el bienestar.
Una perspectiva positiva
En conclusión, el sector inmobiliario cotizado debería experimentar un saludable 2023, con los REITs a la cabeza. Aunque existen retos evidentes, como la guerra de Ucrania, la subida de los tipos de interés y la incertidumbre de las valoraciones, la capacidad del sector para adaptarse a circunstancias cambiantes y aprovechar estrategias innovadoras es un buen augurio para sus perspectivas de crecimiento a largo plazo. Además, las presiones inflacionistas bien podrían ser transitorias, reduciendo así su impacto en el sector inmobiliario.
Esperamos que el sector adopte un enfoque estratégico positivo en general, conservando, al mismo tiempo, un elemento de prudencia en su ejecución táctica. El año 2023 podría ser, por tanto, el del optimismo cauto. Y la actual desconexión entre los precios de las acciones y el rendimiento operativo del sector inmobiliario cotizado debería ofrecer oportunidades a los inversores que deseen diversificar aún más su cartera con cobertura frente a la inflación y credenciales ASG.