El reto climático hace que la piel del edificio se vuelva cada vez más importante como un elemento que puede contribuir activamente en la descarbonización. Hablamos aquí de la ecología de las fachadas. Los envolventes, además de estar fabricados de materiales sostenibles, pueden atenuar el cambio climático, como es el caso de las cubiertas y fachadas verdes, cada vez más presentes en la edificación comercial. Ejemplo de ello es Garbera, en San Sebastián.
En la era donde la eficiencia energética es la máxima prioridad en la agenda urbana a medio plazo, la calidad, la estanquidad y los parámetros climáticos de la envolvente están en el punto de mira de los arquitectos, las ingenierías y los constructores de la piel del edificio.
Otro factor muy importante que demuestra que el sector sí se ocupa del cambio climático es que la inversión en las reformas es mayor que en los proyectos de nueva edificación. El retail se mantiene fuerte y se reinventa mediante la renovación, la rehabilitación y el reposicionamiento de sus activos. Los centros comerciales, cambiando su estrategia de marketing y mediante importantes reformas, vuelven a atraer a sus clientes. Un gran ejemplo de ello sería el centro comercial X- Madrid cuyas instalaciones van más allá del retail, creando un espacio público de gran calidad y diversidad de usos.
Nos queda un largo camino y el cambio climático, ya muy palpable, no deja margen para no actuar. En el desarrollo arquitectónico y constructivo de los proyectos de retail, la tecnología y la innovación medioambiental irán de la mano y serán nuestros aliados. La construcción se digitaliza, industrializa y los nuevos, y no tan nuevos materiales, como la madera, se desarrollan con la visión de mitigar el cambio climático y garantizar el equilibrio planetario.