No es nada nuevo dentro de las buenas prácticas que deben regir el diseño, la construcción y operación de destinos comerciales, pero si es ahora cuando su relevancia e impacto social ha sido acentuado, valorado y acelerado por la crisis socio-sanitaria de los meses recientes. Ya nadie duda de que el planeta es un lugar finito y castigado, pero tampoco dudamos en Chapman Taylor que los centros comerciales sabrán adaptarse y cumplir con las medidas que todos en la familia inmobiliaria debemos asumir, cada uno en su lugar, y con el mismo objetivo del triple impacto positivo: personas, lugares y planeta.
La sostenibilidad, a expensas de que se convierta en una palabra de moda, es una tendencia de carácter obligatorio que ha pasado recientemente de ser contemplada como una opción añadida a una obligación definitiva (si alguna vez no lo fue) para con nuestro entorno inmediato, social y económico de cara a un futuro mejor y eficiente para todos.