Hay estrategias que nos permitirán reinventar nuestros centros comerciales, dándoles nueva vida y ofreciendo a nuestras comunidades nuevas formas de compartir experiencias y conectarse con el lugar. Se trata de reimaginar las anclas del futuro, regresar a la comunidad, revivir la calle comercial y reutilizar por completo los complejos comerciales.
Mientras consideramos qué hacer con nuestros centros comerciales, está claro que el comercio minorista continuará dominando estos desarrollos en su próximo capítulo: las cosas simplemente se verán y se sentirán un poco diferentes. El nuevo centro comercial requerirá un viaje narrativo que impulse una cuidadosa coreografía de usos combinados, manteniendo el comercio minorista en su esencia.
Los centros comerciales tradicionales fueron declarados muertos al comienzo de las compras online por una gran cantidad de medios de comunicación. No es diferente a la expectativa de que Kindle reemplace los libros impresos y que Netflix haga que las salas de cine queden obsoletas. Así como todavía amamos la sensación de un libro y un viaje al cine el viernes por la noche, la gente seguirá congregándose en los centros comerciales por conveniencia, comunidad y para disfrutar de las compras en persona.
Es cierto que nuestros centros comerciales deben cambiar para adaptarse a nuestros estilos de vida en evolución, competir con la eficiencia de las tiendas online y ofrecer experiencias para el nuevo consumidor. Sin embargo, contrariamente a la creencia popular, nuestras áreas suburbanas no se verán deprimidas por miles de centros comerciales vacíos. Si bien algunos traerán más valor como un uso completamente diferente, muchos tienen viabilidad a largo plazo si se reinventan de manera creativa para satisfacer las necesidades cambiantes de los consumidores y si se integran mejor en las comunidades circundantes.