Desde Colliers International creemos que el futuro de los centros comerciales dependerá, en el medio plazo, de cómo el comercio minorista cumpla con las expectativas de los clientes en producto ofrecido, precio, conveniencia y experiencias, pero también y de forma creciente, de cómo gestionen el impacto ambiental.
En 2020, en el aparente reinado del e-commerce, resulta una obviedad el hecho de que los centros comerciales necesiten reorientar su oferta para seguir atrayendo público a sus instalaciones. Los hábitos de consumo de las nuevas generaciones imponen una reformulación de los espacios y las experiencias que ofrecen, especialmente aquellas dedicadas al ocio. Una de las tendencias identificadas por Colliers es la de añadir valor a la oferta gastronómica de estos espacios a través de la inclusión de restaurantes abanderados por los grandes chefs o aquellos dedicados a un tipo de cocina saludable, en línea con el estilo de vida actual. Han quedado atrás los años en los que acudir a un centro comercial era sinónimo de hamburguesa o pizza.
Además, la preocupación por una forma de vida cada vez más sostenible y una mayor concienciación sobre el medio ambiente, debería influenciar la reconversión de los centros comerciales en puntos de “logísticos” que gestionen de forma eficiente las devoluciones físicas generadas por las compras online.
Estadísticamente, solo se devuelve entre el 8 % y 10 % de las ventas generadas en una tienda física, mientras que en el promedio de las devoluciones de e-commerce es casi un 30 %. Según el informe de consumo Narvar de 2019, esta sensibilización es un hecho en nuestra sociedad, y el 52 % de los clientes preferiría devolver los productos en una tienda si con ello se redujera el impacto ambiental.