La creación de una estrategia omnicanal sin fricciones es esencial para garantizar una experiencia de cliente fluida y coherente en todos los puntos de contacto, ya sea en tienda física o digital. Uno de los mayores desafíos es lograr que los sistemas que manejan inventarios, datos de clientes y plataformas de venta estén integrados correctamente, asegurando que la información fluya sin interrupciones entre todos los canales. Para ello, es imprescindible contar con una infraestructura digital robusta, flexible y capaz de evolucionar al ritmo de las necesidades del mercado.
También es fundamental adaptar procesos y equipos para ofrecer un servicio consistente y personalizado. Esto no solo requiere una formación continua del personal para gestionar todo tipo de interacciones con los clientes, sino también una inversión estratégica en tecnologías que optimicen la experiencia del usuario, herramientas de análisis de datos en tiempo real y soluciones de automatización.
En Kiabi, llevamos años trabajando en la omnicanalidad y esto ha impulsado nuestro crecimiento y mejorado la experiencia de nuestros clientes. Un buen ejemplo es nuestro servicio de reserva web: los usuarios pueden pedir online y probar en la tienda antes de pagar. Gracias a este servicio, el 85% de las reservas terminan en una compra, lo que refleja nuestra capacidad para anticiparnos y responder a las nuevas expectativas del consumidor, que exige experiencias sin barreras.
La omnicanalidad no es solo un reto tecnológico, sino una transformación cultural y operativa que redefine el futuro del retail. En Kiabi, seguimos innovando para liderar este cambio, siempre enfocados en ofrecer lo mejor en cada interacción y adaptándonos a las necesidades de nuestros clientes.